¿Vale el dinero lo que vale? ¿Hemos perdido poder adquisitivo los españoles desde que entró en vigor el euro en el año 2002? ¿Hay alguna forma de evitarlo? Todas estas preguntas han sido respondidas por Gabriel Ruiz Ramírez, presidente de la Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión (SEMPI) a lo largo de la conferencia titulada “Dinero, poder adquisitivo y oro” que ha pronunciado en la tarde del 16 de febrero en el Club Empresarial Antares de Sevilla.
Y las conclusiones que ha ofrecido a los más de un centenar de asistentes han sido muy llamativas: en los 15 años transcurridos desde que entró en funcionamiento el euro, los españoles hemos perdido poder adquisitivo de tal manera que hoy apenas se puede hacer una pequeña compra para dos o tres días con el dinero que en 2002 empleábamos para comprar un carro entero para una semana o más.
Sin embargo, si en 2002 hubiéramos invertido 1.000 euros (un salario digno de entonces) en oro, a fecha de hoy tendríamos nada menos que 3.763,08 euros. Una cifra que, por supuesto, nada tiene que ver con lo que han subido los salarios desde entonces. Así que han quedado dos cosas claras: que, efectivamente, los españoles hemos perdido poder adquisitivo; y que el oro es una solución a esa pérdida.
En esta tercera conferencia del ciclo “Oro, el gran desconocido”, organizada por la Oroinformación y la Escuela Superior de Formación en Metales Preciosos (ESFMI), el presidente de SEMPI ha explicado de forma didáctica cómo el dinero con el que se compran bienes y servicios dejó de estar respaldado por metales preciosos como el oro y la plata, para convertirse en lo que se ha dado en llamar “dinero fiduciario”, que no vale nada en sí, pero representa algo.
“Los ciudadanos confiamos en que el banco mantendrá el valor de ese dinero de papel que utilizamos, como también confiaban en su día los ciudadanos de la República de Weimar o, más recientemente, la Unión Soviética o Venezuela. Si los bancos centrales fracasan, el dinero fiduciario perdería su valor como medio de pago”, apuntó Gabriel Ruiz.
Según el presidente de SEMPI, los bancos ganan más dinero invirtiendo en acciones y productos financieros especulativos que dando crédito. Ello ha dado lugar a burbujas que se han llevado por delante los ahorros de los inversores que habían confiado en esos activos sobrevalorados. “Además, eso ha provocado la devaluación de monedas como el euro, provocando que las exportaciones sean más baratas y las importaciones, máscaras. Lo que, al final, ha derivado en la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos”, explicó.
Otra de las cuestiones que puso de relieve la conferencia fue la manipulación de los mercados. En 2016, el Comex (mercado de futuros del oro), alcanzó un nivel de apalancamiento de 575 onzas vendidas por cada onza de oro físico. Nivel que, a lo largo de 2017 se ha superado, rozando casi el millar, lo que prácticamente deja al mercado del oro papel en quiebra.
“Solo con que un 10% de los clientes pida el oro físico que les corresponde, conduciría al mercado a la quiebra: han vendido cinco veces todo el oro que existe en la Tierra, incluyendo el que aún no ha sido extraído. A eso se le llama estafa”, advirtió el presidente de SEMPI.
¿Y qué papel desempeña el oro físico en todo esto? Gabriel Ruiz ofreció unas pistas: Alemania, la promotora del euro, está culminando el plan de repatriación de sus reservas de oro custodiadas en las cámaras acorazadas de la Reserva Federal de EE UU, el Banco de Inglaterra y el Banco de Francia. Y, por si fuera poco, desde 2009 sigue adquiriendo oro en el mercado, a una media de 60 toneladas al año.
Y si estados tan poderosos como Alemania confían en el oro como defensa ante la incierta situación económica, los particulares también pueden acudir a los metales preciosos para defenderse de la pérdida de poder adquisitivo. “La inversión en oro ya no es patrimonio de las grandes fortunas. Antes solo se fabricaban lingotes grandes, de más de un kilo. Ahora es posible empezar a invertir en lingotes desde 1 gramo, certificados y con sello Good Delivery, como forma de preparar la jubilación”, apuntó el presidente de SEMPI.
Una práctica que es habitual en países como Alemania, cuyos ciudadanos están acostumbrados a invertir en oro, o los Estados Unidos, donde desde hace muchos años existen planes de retiro 100% en metales preciosos, con buenas rentabilidades. “En cambio, los españoles siguen confiando en las imposiciones a plazo fijo, los inmuebles, acciones y algún plan de pensiones. Los alemanes, en cambio, invierten en oro y, cuando les llega la edad de jubilarse, vienen a España y viven como marqueses”, comentó.
La conferencia terminó con una recomendación directa a los asistentes por parte del presidente de SEMPI: “hagan lo posible por destinar parte de su excedente económico, bien ahorro o bien inversión, al oro. Con el tiempo, lo agradecerán”.