Una compañía de recuperación del oro de los barcos hundidos durante las guerras mundiales busca inversores para financiar sus operaciones.
El objetivo de la compañía Britannia’s Gold es recaudar 5,8 millones de euros para financiar las operaciones de recuperación del oro que se encuentra en las bodegas de diversos barcos hundidos en el Atlántico Norte durante las dos guerras mundiales, por medio de una oferta pública de adquisición de acciones.
La oferta está dirigida por Angel Investors Club, compañía presidida por el propio presidente de Britannia’s Gold, Philip Reid, ex vicepresidente de Merrill Lynch.
Según los datos que publican en su web, durante las dos guerras mundiales, el Gobierno británico envió varios cargamentos de lingotes y monedas de oro y plata para pagar municiones y suministros para su ejército. Muchos de ellos fueron torpedeados por los submarinos alemanes y se hundieron en el Atlántico Norte, llevándose consigo cargamentos de metales preciosos valorados en unos 350.000 millones de euros.
Las investigaciones de la compañía apuntan a que, de los 7.500 barcos mercantes hundidos, más de 700 sirvieron para transportar cargamentos de oro y plata. El objetivo de la empresa es financiar la recuperación de estos cargamentos y devolverlos al Reino Unido, para beneficio del Gobierno, los inversores y las organizaciones de caridad de la Marina Mercante.
Los inversores interesados en participar en esta multimillonaria caza del tesoro tendrán que desembolsar una cantidad mínima de 1.000 libras esterlinas (1.161 euros). Los futuros accionistas se podrán beneficiar, además, de las ventajas fiscales de la inclusión de esta oferta en el Programa de Inversión en Empresas del Gobierno británico.
Desde la empresa aseguran tener un conocimiento único de la localización de los barcos que transportaban metales preciosos, gracias al acceso exclusivo a cuatro equipos de investigación localizados en el Reino Unido, los Estados Unidos y Canadá, que llevan 25 años acumulando y digitalizando alrededor de ocho millones de documentos que contienen indicios sobre cuáles eran los barcos que transportaban el oro y la plata del Gobierno británico.
Una documentación que se encuentra diseminada en los archivos del Gobierno, museos marítimos, bancos y otros archivos oficiales, a los que han tenido acceso los arqueólogos y especialistas en archivos que conforman estos equipos de investigación, que han cruzado el equivalente a 27 terabytes de datos.
Esta documentación ha permitido a Britannia’s Gold acumular una valiosa información sobre el cargamento de los buques, las coordenadas del naufragio, la profundidad a la que se encuentran los restos y los propietarios legales de los mismos.
De esta forma, los objetivos se han distribuido en grupos por su cercanía, lo que facilita las operaciones de rescate, que se llevan a cabo por medio de barcos equipados con las más modernas tecnologías de GPS y escáneres de sónar, que permiten localizar con precisión los pecios (ver imagen).
Para recuperar los cargamentos sin dañar los restos de los buques hundidos se utilizan vehículos submarinos operados por control remoto y equipados con herramientas de precisión.
La compañía ha informado también de que ninguno de los pecios que se dispone a explorar están catalogados como “cementerios de guerra”, aunque se ha comprometido a operar con el máximo respeto y a evitar los pecios de los barcos que sirvieron para transportar niños evacuados de la guerra. Además, han informado de que, tras completar cada operación de rescate de los cargamentos, colocarán una placa en el pecio “como muestra de respeto”.