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De núcleo de la minería ilegal a la mina de oro más moderna de África

La histórica mina de oro de Obuasi (Ghana) tiene una curiosa historia tras de sí: cerrada desde 2012 por trabajos de mantenimiento, la compañía propietaria, Anglo Gold Ashanti, tenía importantes planes para su desarrollo y reapertura, hasta que miles de mineros ilegales la invadieron y obligaron a la minera a desalojar a sus trabajadores. En 2017, la ayuda del Gobierno de Ghana permitió desalojar a los llamados ‘mineros tradicionales’ y la mina se convertirá en la más moderna del continente africano.

La compañía minera sudafricana Anglo Gold Ashanti ha visto cómo finalmente se desbloqueaba la conflictiva situación que vivía su mina de Obuasi (Ghana), una antigua explotación propiedad de la compañía, cuyos trabajos de renovación se vieron interrumpidos por la irrupción de más de 12.000 mineros ilegales, que obligaron a marcharse a los trabajadores de Anglo Gold y ocuparon la explotación durante más de un año.

El Gobierno de Ghana procedió el año pasado al desalojo de los mineros ilegales, lo que permitió a la compañía proseguir con los estudios de viabilidad, con el objetivo de determinar si había expectativas de seguir explotando la centenaria mina.

Los estudios concluyeron que la mina de Obuasi podía seguir activa, aunque no como una explotación intensiva, sino como una explotación completamente automatizada. Un paso adelante más en el reto de modernizar la minería en África.

Para ello, la minera sudafricana anunció el 20 de febrero que había alcanzado un acuerdo con el Gobierno de Ghana para establecer el marco que permitirá la renovación y transformación de la mina de Obuasi en una moderna y productiva explotación.

Según ha informado la propia compañía, los acuerdos alcanzados con el Gobierno del país incluyen diversos aspectos como la planificación, política fiscal, medioambiental y de seguridad. Acuerdos que deberán ser ratificados por el Parlamento de Ghana para ser efectivos.

Para la transformación de la mina, Anglo Gold ha previsto una inversión inicial de entre 450 y 500 millones de dólares durante los primeros dos años y medio, más otros 94 millones hasta el sexto año.

Ello va a permitir el procesamiento de unas 2.000 toneladas diarias de mineral durante el primer año operativo de la mina, que se duplicarán en el segundo año y ascenderán hasta las 5.000 toneladas diarias a partir del tercer año.

Se espera que se empiece a obtener oro a partir del tercer trimestre de 2019. Según los cálculos de la compañía, la producción promediará durante los 10 primeros años entre 350.000 y 450.000 onzas de oro (10-12,75 toneladas) anuales, con una concentración media de 8,1 gramos/toneladas y a un coste todo incluido (AISC) de entre 750 y 850 dólares la onza. Para los 10 siguientes años, la producción oscilará entre las 400.000 y las 450.000 onzas (11,34-12,75 toneladas).

La estructura interna del yacimiento, con una alta concentración de oro y una considerable anchura, permite su extracción por medios mecánicos, con maquinaria controlada a distancia. Donde hace un siglo trabajaban mineros descalzos, con perforadoras manuales, ahora trabajarán potentes máquinas perforadoras operadas por control remoto.

La mano de obra necesaria para la explotación del yacimiento se ha reducido considerablemente: la mina de Obuasi requería una fuerza laboral de más de 9.000 trabajadores. Ahora, con la nueva maquinaria, será suficiente con entre 2.000 y 2.500 empleados.

La puesta en marcha de esta explotación altamente mecanizada va a suponer un importante paso adelante en la modernización de la minería de oro. Sin embargo, este modelo no se puede exportar a otros territorios, como Sudáfrica, ya que los yacimientos de oro no son tan accesibles ni cuentan con una concentración tan alta de oro como el de Obuasi.

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