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El incierto futuro de la industria del oro en la República Sudafricana

La compañía sudafricana AngloGold Ashanti, una de las principales mineras de oro del mundo, ha anunciado el cierre de dos de sus minas en Sudáfrica y el despido de 8.500 trabajadores, en lo que se considera el comienzo del fin de la minería de oro en el país.

Sudáfrica ha sido, durante muchos años, la cuna mundial del oro. El país ha liderado la producción mundial de oro durante décadas hasta que la competencia por parte de otros países (China, Rusia, Canadá, Estados Unidos) y el aumento de costes de extracción debido a una estructura de producción obsoleta han relegado al país de la lista de principales productores.

Con todo, el futuro de este sector en Sudáfrica se presenta aún más negro, si los costes de producción siguen creciendo y la producción decreciendo. Según publica fin24, el anuncio de AngloGold Ashanti podría ser solo el primero de una larga lista de recortes laborales en el sector minero del oro sudafricano, una circunstancia que ya se predijo hace una década.

En efecto, un estudio realizado entre 2006 y 2007 predijo que las principales minas de oro de Sudáfrica cerrarían en torno a 2014. Aunque esta predicción no se ha cumplido, en buena parte debido a la depreciación del rand (la divisa sudafricana), que ha impulsado el precio del oro en el mercado local.

Según este estudio, realizado en 2007 por la Cámara de Minas sudafricana, por medio de Monitor Group, la minería de oro del país debería afrontar una serie de modificaciones en su operativa para evitar el declive. Entre las recomendaciones del estudio figuraba extender la actividad a las 24 horas del día y controlar los precios del agua y la energía, aunque estas dos últimas variables no dependían de la propia industria minera.

Pero ninguna de estas recomendaciones se adoptó. La depreciación del rand insufló algo de vida en la industria, que prefirió tirar para adelante y no plantearse reformas de futuro. Esa prórroga parece haber llegado a su fin y se avecinan importantes recortes de empleo.

Una de las principales amenazas a la industria, que ya se exponía en el estudio de 2007, es el precio de la electricidad, que ha crecido un 300% en los últimos cinco años. Cuando se publicó el estudio, el coste de la electricidad suponía, de media, un 6% del gasto total de la mina; ahora se ha elevado a alrededor de un 30%.

El estudio también ponía de relieve que el coste de extraer una tonelada de mineral de oro (que luego debe ser procesada para extraer el metal), estaba creciendo a un ritmo del 11,7% anual, mientras que la producción de mineral por empleado caía a un 2,9% anual.

Unas cifras que, de mantenerse, llevarían al cierre de las minas en el plazo de ocho años (es decir, en 2014, ocho años después de publicarse el estudio). Si se podía contener el incremento anual de los costes por debajo del 6%, la industria podría sobrevivir cuatro años más. Y si se detenía la caída en la productividad, significaría otros ochos años de actividad.

Hace tiempo que las grandes compañías han abierto el debate sobre la modernización de la actividad minera, y no solo en Sudáfrica, pero la situación es cada vez más precaria y exige de reformas urgentes.

Unas reformas que, según los especialistas, deberían extenderse también a la industria minera del platino (donde Sudáfrica aún mantiene el privilegio de ser el primer productor mundial), que se encuentra amenazada por posibles recortes laborales. De hecho, los expertos creen que su situación es aún más precaria que la de la industria del oro.

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