Las autoridades de Kirguistán quieren mejorar la cultura financiera de la población, ya que los actuales planes de inversión de la gran mayoría de los seis millones de ciudadanos del país pasan por la ganadería, principalmente el sector caprino.
Así, la prioridad en la política monetaria del Banco Central de Kirguistán (BCK) es que parte de los ahorros de los pequeños inversores se destinen al oro. El gobernador del BCK, Tolkunbek Abdygulov, ha marcado como objetivo que cada ciudadano tenga en su poder al menos un lingote de 100 gramos, según publicó receintemente Bloomberg.
Abdygulov alega que su país tiene el problema de que muchos ciudadanos siguen invirtiendo sus ahorros en ganado. “El oro puede ser almacenado durante mucho tiempo y, a pesar de las fluctuaciones de precios en los mercados internacionales, a medio plazo no pierde valor”, incidió la autoridad monetaria.
Si se cumplen los planes de Abdygulov y el BCK, los ciudadanos de Kirguistán tendrán en su poder más de 600 toneladas de oro, cifra que es 30 veces superior a la producción anual del país, pese a ser una potencia exportadora de este metal en Asia central.
“Tenemos la esperanza de que la población de nuestro país va a aprender a diversificar sus ahorros en activos que son más líquidos y más rentables”, asegura el gobernador del BCK, institución que desde hace años vende oro directamente a personas físicas. Abdygulov calcula que la población kirguisa ya ha adquirido 140 kilos.
El oro es considerado el valor refugio por excelencia en las inversiones y la postura de Kirguistán no es anómala en países emergentes. En la India, el Gobierno intentan alentar a la gente para que depositen sus lingotes en bancos privados y Turquía ha adoptado medidas para que los pequeños ahorradores inviertan en oro.
Aun así, el caso de Kirguistán es excepcional ya que desde el propio Gobierno se está desplegando un plan de infraestructuras para facilitar la transición de los ahorro para que sea una alternativa fácil de inversión y custodia por parte del BCK.
El banco emite lingotes de pequeñas cantidades para que pueda ser adquirida en sus propias oficinas, también lo adquiere con la intención de dar liquidez al mercado del oro, y ofrece servicios de custodia en sus sucursales con el objetivo de acabar con la costumbre de que los ciudadanos se lo lleven y lo entierren en lugares insospechados.
Abdygulov tomó las riendas del banco central en 2014 y decidió aumentar sus propias reservas, en niveles del 10% de su producción anual, que ha supuesto un incremento del 70% desde 2012, según los últimos datos recopilados por el Consejo Mundial del Oro con sede en Londres.