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Las mineras advierten: no se encuentran grandes yacimientos de oro

En pleno debate sobre qué va a pasar con la producción mundial de oro durante los próximos años, el CEO de la compañía minera canadiense Franco-Nevada se ha mostrado muy pesimista sobre la posibilidad de encontrar nuevos yacimientos de oro que reemplacen a los que se explotan en la actualidad y que están cerca de agotarse.

En una entrevista publicada en el diario suizo Finanz und Wirthschaft, el CEO de la minera canadiense Franco-Nevada, Pierre Lassonde, augura un declive significativo de la producción de oro por parte de la industria minera, así como un incremento del precio del metal, y expone la preferencia actual de los inversores por el oro papel en vez del oro físico.

Sobre esta cuestión, el CEO y cofundador de una de las mineras canadienses más importantes explica que en estos momentos la demanda de oro papel es mucho mayor que la de oro físico: “si hablas con las refinerías suizas, te dirán que tienen lingotes, pero no tienen trabajo. No es como hace un año y medio, cuando no tenían stock y los lingotes volaban literalmente desde las estanterías nada más salir de la fundición. Ahora, la presión está en los mercados de futuros”.

En cuanto a las previsiones respecto al precio del oro, Lassonde cree que el precio del oro se moverá entre 1.250 y 1.300 dólares la onza de aquí a finales de año, subiendo en 2018 a una horquilla de entre 1.300 y 1.400 dólares la onza.

“Sin embargo, para entrar en otra corriente alcista, sería necesario ver algún indicio de inflación, y hasta ahora no los hemos visto. La Reserva Federal y los bancos centrales están acumulando reservas, pero no hay inflación, porque los bancos tienen el dinero y no lo están prestando. Así que no se obtiene un efecto multiplicador. Solo la ingente reconstrucción que va a ser necesaria tras el paso de los huracanes Irma y Harvey podría desencadenar finalmente la inflación”, apunta.

Respecto a la industria minera, Lassonde considera que un precio de 1.300 dólares la onza es muy positivo. “Les suelo decir a mis colegas que si no están ganando dinero ahora que el oro está a 1.300 dólares la onza, mejor que se dediquen a otra cosa”, señala. El CEO de Franco-Nevada reconoce que cuando el oro bajó hasta los 1.000 dólares la onza en 2015, la industria se vio obligada a adelgazar, consolidarse y reducirse. Muchas compañías pequeñas se quedaron por el camino.

La parte negativa es que, a consecuencia de ello, la producción está cayendo y existe mucha presión sobre los costes. “En los años 79, 80 y 90 del siglo pasado, la industria encontraba al menos un yacimiento de más de 50 millones de onzas, 10 de más de 30 millones y muchos de cinco a 10 millones de onzas cada diez años. Pero en los últimos 15 años no hemos encontrado ningún yacimiento de más de 50 millones de onzas, ni de más de 30, y apenas unos pocos de 15. ¿Dónde están estos grandes yacimientos que encontrábamos en el pasado? ¿Cómo se va a reponer el oro que extraíamos de ellos? No tenemos ni idea”, sentencia.

Una de las causas de que no se registren nuevos descubrimientos de importancia, en opinión de Lassonde, es que las empresas no están invirtiendo lo suficiente en investigación y desarrollo, en especial en nuevas tecnologías aplicadas a la exploración y el procesado. “Nuestra industria funciona de tal manera que se tardan alrededor de siete años en poner en funcionamiento una mina y que empiece a producir. Así que en realidad importa muy poco cómo se comporte el precio del oro en los próximos años. La producción se va reduciendo y la presión sobre el precio se intensifica, apunta el CEO de Franco-Nevada.

Lo que la industria del oro necesita, según Lassonde, “es una increíble dosis de paciencia y mucho dinero. Y en la actualidad, es muy difícil obtener dinero: los inversores no tienen interés por el riesgo, y si no estás entre los elegidos, tienes que sentarte y esperar”.

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