El llamado sector oficial, formado por los bancos centrales, va a continuar siendo un comprador neto de oro durante los próximos años, a pesar de algunas operaciones puntuales como la del Banco Central de Venezuela, cuya necesidad de liquidez le ha llevado a dejar expirar el plazo de un swap de 1.700 millones de dólares con Deutsche Bank, lo que ha reducido sus reservas de oro.
Según el último número del informe Precious Metals Weekly, elaborado por la consultora especializada en metales preciosos Metals Focus, se espera que las compras del sector oficial alcancen a cierre de este año 2017 las 370 toneladas, un 5% menos que el año pasado y la menor cifra de los últimos siete años. Después de alcanzar su máximo de 646 toneladas en el año 2013, las compras han ido cayendo de forma interanual.
De la misma forma, también ha descendido el número de bancos centrales interesados en incrementar sus reservas de oro. Según el informe de Metals Focus, en el periodo comprendido entre 2010 y 2013, las compras del sector oficial estaban más diversificadas desde el punto de vista geográfico. En cambio, en los últimos tres años, se han concentrado prácticamente en solo dos países: China y Rusia.
Desde finales de 2016, el Banco Popular de China no ha vuelto a declarar ningún cambio en sus reservas de oro al Fondo Monetario Internacional, cuyos datos utiliza el Consejo Mundial del Oro para elaborar sus estadísticas mensuales, por lo que el ritmo de incremento de las reservas de los bancos centrales se ha ralentizado en este último año.
Por lo que se refiere a Venezuela, desde Metals Focus señalan que los datos del FMI publicados por el Consejo Mundial del Oro revelan un importante descenso de las reservas de oro del país a partir del año 2015: desde las 361 toneladas que acumulaba a finales de 2014, sus reservas se han reducido a apenas 187,6, según los últimos datos correspondientes a octubre.
Este descenso no corresponde, como ya hemos explicado desde Oroinformación, a una venta de parte de las reservas, sino que refleja una serie de swaps que fueron contratados con varias entidades financieras occidentales, y que permitieron al Banco de Venezuela obtener liquidez a cambio de ofrecer el oro como garantía.
Una operación que refleja los esfuerzos del país para mejorar su estado de liquidez ante la necesidad de hacer frente a sus deudas con terceros países, en medio de un colapso de su economía local y la bajada de los precios del petróleo, su principal fuente de ingresos. Según Metals Focus, debido a la naturaleza de los swaps contratados por Venezuela, la reducción de sus reservas de oro no puede computarse en el apartado de ventas.
Una de estas operaciones, contratada con Deutsche Bank, expiró el pasado mes de octubre, con lo que Venezuela se quedó sin oro por valor de 1.700 millones de dólares, a cambio de 1.200 millones de dólares en efectivo. Según Metals Focus, la operación debió llevarse a cabo entre los meses de febrero y mayo de 2016, ya que en ese periodo se produjeron sendas reducciones de las reservas de 43 toneladas cada una.
En cualquier caso, las circunstancias particulares de Venezuela no suponen una tendencia entre el resto de bancos centrales, que siguen viendo atractiva la opción del oro para diversificar las reservas en divisas extranjeras, particularmente en dólares, en especial en estos momentos de incertidumbre geopolítica.
La conclusión de Metals Focus es que el sector oficial va a seguir siendo un comprador neto de oro a corto y medio plazo, aunque es probable que el ritmo de sus compras se ralentice en los próximos años.