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Trump tiene cinco candidatos para presidir la Reserva Federal

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado este martes, 17 de octubre, que va a decidir “muy pronto” el nombre del nuevo presidente de la Reserva Federal, el órgano que dicta la política económica del país.

Durante su comparecencia conjunta ante la prensa con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, Donald Trump dejó caer que el nombramiento del nuevo presidente de la Reserva Federal estadounidense es inminente.

Trump confirmó también la lista de cinco candidatos que maneja la prensa para el máximo puesto ejecutivo de la Reserva Federal, entre los que se encuentra la actual presidenta del mismo, Janet Yellen, quien sustituyó en el cargo a Ben Bernanke en 2014.

Precisamente ésa ha sido una de las sorpresas, ya que muchos analistas daban por sentado que los días de Yellen al frente de la Fed estaban contados. El mandato del presidente de la Reserva Federal dura cuatro años, que, en el caso de Yellen, se cumplen el próximo 3 de febrero de 2018. De momento, se desconoce si Trump va a pedirle que continúe otros cuatro años o se decidirá a sustituirla por alguno de los otros candidatos. Existe una regla no escrita según la cual el presidente entrante mantiene en su puesto al presidente de la Reserva Federal nombrado por su predecesor, aunque con Trump las tradiciones están para romperlas.

Habría que remontarse hasta 1979 para encontrar a un presidente de la Fed que estuviera menos de ocho años en el cargo. En ese año, el entonces presidente G. William Miller, en el puesto desde 1978, cedió su cargo a Paul Volcker, después de que el presidente Jimmy Carter le nombrara secretario del Tesoro. Por cierto, que Miller fue el primer presidente de la Fed que no era economista.

Posteriormente, tanto el propio Volcker (1979-1987) como Alan Greenspan (1987-2006) y Ben Bernanke (2006-2014) han permanecido más de ocho años en el cargo.

Además de Yellen, Trump baraja otros cuatro candidatos: Kevin Warsh, ex gobernador de la Reserva Federal; John Taylor, economista de la Universidad de Stanford; Jerome Powell, actual gobernador de la Fed; y Gary Cohn, director del Consejo Económico Nacional.

Kevin Warsh es otro banquero de Wall Street, como alguno de los cargos de confianza del presidente. Trabajó en Morgan Stanley entre 1995 y 2002, donde llegó a dirigir el departamento de Fusiones y Adquisiciones. Luego ha sido asesor de la Casa Blanca y gobernador de la Reserva Federal. Tras cesar en su cargo en la Fed ha asesorado al propio Trump. Y una curiosidad: está casado con la nieta de Ronald Lauder, propietario de la firma de cosméticos Estée Lauder y buen amigo del propio Trump.

Por su parte, John Taylor, economista, es un experto en política y monetaria y fue el creador, en la década de los 90 del pasado siglo, de la conocida como Regla de Taylor, que permite calcular el tipo de interés de referencia apropiado para un banco central.

Jerome Powell también procede de Wall Street, donde trabajó en Carlyle Group, un fondo de inversión. Formó parte del Departamento del Tesoro, bajo el mandato de George Bush padre, como supervisor de la banca y los mercados de deuda.

El último de los candidatos es Gary Cohn, otro ex de Wall Street, donde pasó más de diez años como número dos del CEO de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, a quien llegó a sustituir a éste por enfermedad. La vuelta de Blankfein al frente de Goldman Sachs le convenció de buscar nuevos destinos y, por medio de Jared Kushner, yerno del propio Trum, se convirtió en uno de los principales asesores económicos del ahora presidente.

Cohn forma parte del “núcleo duro” de asesores de Trump que vienen de Goldman Sachs, como el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin; la viceasesora de Seguridad, Dina Powell; o Steve Bannon, estratega de Trump.

La decisión se conocerá en los próximos días, aunque el presidente ha tratado de no mostrar sus preferencias por ninguno de los candidatos. De hecho, ha señalado que tiene “un gran respeto por todos ellos”.

El mercado del oro va a estar muy pendiente de la decisión del presidente estadounidense, ya que las decisiones que se adoptan en la Reserva Federal suelen tener una importante repercusión en el precio del oro, en especial cuando se afronta el calendario de subidas de tipos de interés.

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