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A la caza del oro hundido por los nazis

El Reino Unido quiere recuperar el oro que contenían las bodegas de centenares de barcos mercantes británicos que fueron torpedeados por el ejército alemán durante las dos guerras mundiales. Se calcula que en los pecios de al menos 700 de los más de 7.500 barcos mercantes hundidos durante ambas guerras reposa un cargamento de oro valorado en unos 4.500 millones de libras (unos 5.250 millones de euros).

Según ha informado el diario británico The Telegraph, varios grupos de investigadores llevan alrededor de 25 años trabajando para rastrear el oro que el Gobierno británico quería utilizar para abastecerse de armamento y bienes durante las dos guerras mundiales.

La investigación revela que, durante la Segunda Guerra Mundial, los barcos mercantes fueron objetivo prioritario de los ataques de los submarinos alemanes, que conocían su preciada carga. El objetivo era hundirlos para impedir que Gran Bretaña pudiera aprovisionarse de municiones y alimentos, y una vez concluida la guerra, con la victoria de los nazis, rastrear los pecios y recuperar el oro hundido.

Evidentemente, los aliados tenían otros planes y la guerra no concluyó como los alemanes habían previsto, lo que provocó que, más de medio siglo después de que finalizara, el oro permanezca en el fondo del mar.

No por mucho tiempo: en unas semanas, una primera operación de rescate, a cargo de la organización Britannia’s Gold, con un coste aproximado de más de 17 millones de euros, se va a desarrollar a unos cientos de millas de la costa oeste de Irlanda.

Para eludir las polémicas derivadas de la recuperación de naves naufragadas que son consideradas cementerios marinos, esta operación va a eludir aquellos barcos que sirvieron para evacuar de la guerra a cientos de niños, que perecieron en el mar. Por eso, se evitará trabajar en torno al cementerio de guerra constituido por el pecio del SS City of Benares (en la imagen), torpedeado por los alemanes en 1940 y en cuyo naufragio murieron decenas de niños que estaban siendo evacuados.

La inspección de los restos y el posible rescate del oro hundido se llevará a cabo por medio de vehículos submarinos operados con control remoto. En principio, las operaciones se centrarán en un grupo de tres navíos hundidos en la misma zona, dos de ellos durante la Primera Guerra Mundial y otro durante la segunda, en los que se calcula que podría haber oro por valor de más de 800 millones de euros.

Desde Britannia’s Gold aseguran que disponen de valiosa información sobre el contenido de los barcos, la localización de los restos, la profundidad del agua y los propietarios legítimos.

La compañía también ha precisado que, tras las operaciones de recuperación, se encargarán de colocar una placa conmemorativa en cada uno de los pecios, “como muestra de respeto”.

Los restos de todos los barcos de guerra hundidos desde 1914 están clasificados como cementerios de guerra y territorio soberano británico. Sin embargo, los barcos mercantes no gozan de esa clasificación, salvo contadas excepciones como el SS City of Benares, lo que permite que compañías como Britannia’s Gold se lancen a su recuperación.

Según el presidente de Britannia’s Gold, el ex banquero de Merrill Lynch Philip Reid, el Gobierno británico, con concepto de propietario legítimo de los restos, recibirá la primera porción de todo lo que se recupere en los barcos hundidos. El resto, tras cubrir los gastos derivados de la recuperación, se distribuirán entre los inversores de la compañía, reservando un porcentaje que irá destinado a organizaciones benéficas ligadas a la marina.

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