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Acusan a varios bancos suizos de ‘extraviar’ los lingotes de oro que estaban asignados a sus clientes

Lingotes de oro con figura de un banquero

No toda inversión en oro es segura. Sobre todo, si se trata de inversión en ‘oro papel’, productos financieros supuestamente respaldados por metal pero que no confieren la propiedad del mismo a los inversores, o si el oro propiedad de los clientes se confía a un banco para su custodia. Expertos en metales preciosos alertan de que algunos bancos hacen negocios con los lingotes de sus clientes.

Una de las fórmulas para invertir en oro es por medio de productos referenciados a éste, como ETF, futuros y otros productos financieros, que genéricamente se conocen por el nombre de ‘oro papel’. Este tipo de productos no confieren la propiedad de oro a sus titulares, sino que simplemente son apuntes contables, por lo que cuando el cliente quiere redimirlos, lo más probable es que le entreguen el dinero, en vez del oro al que supuestamente tiene derecho.

Otra posibilidad es que el oro que el cliente tiene efectivamente asignado (es decir, que en el contrato firmado por el inversor figuran los números de los lingotes que supuestamente son de su propiedad) se quede en las cámaras acorazadas del banco, que es el encargado de custodiar el metal en nombre de su cliente.

Pero ni siquiera de esta forma, el inversor puede estar completamente tranquilo, a juzgar por lo que aseguran algunos expertos con una larga trayectoria en el mercado de los metales preciosos de inversión, como el suizo Egon von Greyerz.

En un artículo publicado en King World News, Von Greyerz asegura que varios bancos suizos han extraviado el oro asignado a los clientes cuando éstos habían encomendado a una compañía privada que retirara el metal del banco y los custodiara en su nombre.

Según Von Greyerz, “el oro estaba asignado, el cliente tenía los números de referencia de los lingotes y quería que nuestra compañía se encargara de custodiar el oro, por lo que dio las instrucciones correspondientes al banco. Sin embargo, el oro ya no estaba allí. Se supone que el banco había separado el oro del cliente, pero en realidad lo había depositado en la cámara acorazada común. Y los lingotes numerados y asignados al cliente no estaban en ella”.

Al parecer, el banco aceptó su responsabilidad y adquirió nuevos lingotes para el cliente. “Pero esto demuestra que no es seguro depositar el oro en el banco. Hemos tenido problemas similares en varias ocasiones con diferentes bancos suizos, grandes y pequeños”, explica Egon von Greyerz.

El problema es que, en situaciones normales, existe el suficiente oro físico disponible para poder reponer sus lingotes al cliente, solucionando el problema. “Pero cuando el oro físico escasea y el banco se ve presionado, puede caer en la tentación de ‘tomar prestado’ el oro de los clientes. Y si en ese momento no hay suficiente oro disponible, el banco podría incurrir en una responsabilidad para con el cliente que no sería capaz de satisfacer, especialmente si el precio del oro sube con rapidez”, advierte el experto suizo en metales preciosos.

La advertencia a los inversores es clara: no deben confiar su oro físico al banco para que lo custodie en sus cámaras acorazadas o en sus cajas de seguridad, ya que cuando se desencadene la próxima crisis financiera, no podrán retirar su oro de las mismas.

“Evidentemente, el banco seguirá asegurando que el oro depositado es propiedad del cliente, pero, aun así, no hay que confiar en ellos. La crisis podría provocar que cerraran sus sucursales, así que podrían pasar años antes de que el cliente recuperase su oro. Es mucho más seguro confiar el oro a empresas privadas especializadas, que lo custodien en sus cámaras acorazadas a las que el cliente puede acceder en cualquier momento, concluye Von Greyerz.

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