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Advierten a los inversores de la India sobre los peligros del llamado ‘oro digital’

Lingotes de oro en la pantalla de un ordenador portátil

La India es uno de los mayores consumidores mundiales de oro y el mayor exportador global de este metal precioso. Su pujante sector joyero acapara la mayor parte de estas exportaciones, aunque en los últimos años se ha incrementado la demanda por parte del sector de la inversión. La progresiva digitalización del país ha popularizado las inversiones en plataformas que negocian con el llamado ‘oro digital’. Sin embargo, este esconde numerosos riesgos, que han sido destacados por una publicación especializada en inversiones.

En un interesante artículo publicado por Fortune India se advierte a los inversores de los riesgos de la nueva moda que se ha impuesto entre los ciudadanos del país: la inversión en ‘oro digital’.

Con el significativo titular ‘¿Comprar oro digital? Piénselo dos veces’, la publicación alerta del ‘boom’ que han experimentado en los últimos tiempos las plataformas que comercian cono oro digital, desde ‘fintechs’ como Paytm, GooglePay o PhonePe a comerciantes de oro y joyas como Tanishq o Kalyan Jewellers, que están haciendo su agosto durante la temporada de festivales y bodas.

Según el artículo, la plataforma Augmont Gold For All reconoce que sus ventas han crecido un 45% durante la semana anterior a la fiesta de Dhanteras, en la que es tradicional regalar oro a los seres queridos.

“La mayoría prefiere el metal dorado en su forma física, pero el interés en el oro digital se ha intensificado después del covid-19. La diferencia entre el oro físico y el oro digital es que este último solo se posee en forma de papel. Las entidades que lo venden entregan al cliente un certificado de propiedad sobre el oro equivalente que custodian en forma física en una cámara acorazada. Sin embargo, no hay forma de averiguar si en realidad lo hacen así, señalan desde Fortune India.

Numerosos comerciantes, ‘fintechs’ y joyeros de pequeño y mediano tamaño se han lanzado a este negocio que carece de regulación en el país. Así, si la entidad que ha vendido el oro digital a un cliente cesa su actividad, éste no tiene forma de reclamar su oro. No existe un organismo regulador ni un servicio de reclamaciones ni un fondo de garantías.

De hecho, SEBI, el regulador indio, tiene prohibido a las sociedades de valores que vendan oro digital y los intermediarios inscritos en este organismo tampoco pueden recomendárselo a sus clientes.

“El oro digital es un nuevo producto. No existe regulación, así que puede suceder cualquier cosa. Cualquiera puede empezar a venderlo porque no se necesita tener una licencia. El Gobierno debería plantearse regular este producto, asegura Anurag Garg, CEO y fundador de la plataforma online de inversiones Nivesh.com.

Según el artículo de Fortune India, existen al menos cuatro empresas de custodia de oro que venden oro digital, bien directamente en sus respectivas plataformas o bien por medio de acuerdos con otras compañías: se trata de MMTC-PAMP, Digital Gold India, Augmont y Dvara Smart Gold.

Los expertos creen que los interesados en oro digital deberían adquirirlo directamente en una de estas cuatro empresas que, al menos, mantienen una serie de controles y balances: el oro que custodian en sus cámaras acorazadas está verificado por la compañía fiduciaria IDBI Trusteeship Services, que garantiza que las inversiones digitales y las retiradas concuerdan con las existencias en las cámaras acorazadas. En otras palabras, actúa como un vigilante de los intereses de los clientes.

Por ello, desde la publicación recomiendan a quienes adquieran oro digital en una Fintech o comercio de joyería que se informen sobre qué compañía ejerce la custodia del oro.

La gran popularidad que ha alcanzado el oro digital en la India se debe a sus simplicidad y flexibilidad, ya que permite invertir en metal precioso desde una rupia o programar una cantidad mensual.

A la hora de liquidar el oro, se puede hacer en forma de lingotes, monedas o joyas, o incluso dinero en efectivo, pero esto implica una serie de gastos y tasas por la entrega.

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