Muchos inversores creen acertadamente que el mercado del oro solo se mueve por eventos geopolíticos, política monetaria, paradigmas económicos cambiantes como la inflación o la deflación, y una serie de otros factores. Pocos saben que hay otro aspecto importante que incide sobre el comportamiento del precio del oro y la plata: su estacionalidad.
Los inversionistas experimentados en metales preciosos físicos realizan a menudo sus compras durante la llamada “crisis del verano”, cuando el negocio está tranquilo y los precios bajan. Aunque no siempre resulta que las tendencias de los precios estén más altos en la segunda mitad del año. El año pasado, por ejemplo, el oro alcanzó su pico más alto del año en julio, el corazón de la crisis.
Ahora estamos en agosto, el mes que ofrece una última oportunidad antes de pasar a la temporada de otoño e invierno con predisposición tradicional a precios más altos.
En el cuadro comparativo de los precios del oro a principios del mes de agosto (puede ser el día 2 o el 3), se pueden apreciar las diferencias, a veces notables, de la situación en dólares comparadas con el arranque de los mercados de cada año, que suelen coincidir con el 3 o 4 de enero, según inicio del calendario.
Durante los últimos 10 años, el oro ha desarrollado un comportamiento muy positivo durante la transición de enero a agosto, de tal manera que se pueden apreciar rendimientos de hasta 395 dólares en el año 2013. En lo que va de año 2017, la ganancia neta ha sido hasta ahora de 118 dólares, al cerrar a 1.266,65 dólares la onza el miércoles 2 de agosto, tras una salida a los mercados el 3 de enero con 1.148,65 dólares.
Por el contrario, el peor comportamiento en fechas estivales se produjo en 2015, cuando el saldo fue negativo en 92,25 dólares, ya que el oro salió al mercado londinense a principios de enero en una cifra de 1.184, 25 dólares la onza y llegó a principios de agosto a1.092,60 dólares.
La ganancia más baja se produjo en el año 2009, cuando los inversores sólo pudieron llevarse al bolsillo 13 dólares por cada onza que llegó a agosto a 954,25 dólares, tras haber salido en enero en 941,00 dólares.
Los años 2011 y 2016 también fueron notables en cuanto al recorrido del oro desde enero a agosto, con saldos ganancia de 219 y291 dólares respectivamente.