El sector de la inversión en oro físico, lingotes y monedas, no está atravesando su mejor momento, especialmente en Europa y Norteamérica, que han registrado descensos consecutivos en los dos últimos años. La única excepción es Alemania, que mantienen unas cifras importantes.
En su último informe Precious Metals Weekly, la consultora británica Metals Focus ha hecho un repaso del estado de la inversión en oro físico (lingotes y monedas) durante el último año, aprovechando su presencia en la recientemente celebrada World Money Fair de Berlín (Alemania).
La situación del mercado internacional de inversión minorista en oro físico no ha sido la mejor en el pasado año: tanto Europa como Norteamérica han registrado pérdidas del 24 y el 75%, respectivamente, en el periodo 2017-2019.
La nota positiva, sin embargo, ha sido, una vez más, Alemania. Aunque su cifra ha registrado un ligero declive interanual en 2019, éste se ha debido a la significativa debilidad al comienzo del año. Las ventas netas han experimentado un importante rebote en los dos últimos meses, que se ha prolongado en lo que llevamos de 2020.
Según explican desde Metals Focus, esta notable mejora que se ha registrado en el cuarto trimestre de 2019 ha sido consecuencia de la decisión del Gobierno Federal de rebajar el umbral para las compras anónimas en efectivo de los 10.000 a los 2.000 euros, desde el 1 de enero de 2020.
La respuesta del público alemán, como ya hemos informado desde este periódico, ha sorprendido a los analistas de la consultora, ya que otros países limítrofes habían aprobado medidas similares, cuyo impacto en el mercado minorista del oro había sido muy limitado.
“Sin embargo, hay que subrayar la histórica afinidad que el pueblo alemán tiene por el dinero en efectivo. Una afinidad que tiene sus raíces en la hiperinflación y devaluación monetaria que tuvo lugar en la década de los años 20 del siglo pasado, agravada por la destrucción causada durante la Segunda Guerra Mundial y el posterior colapso de su economía. Como resultado, la Alemania moderna ha desarrollado un firme compromiso con las divisas fuertes y con un alto índice de ahorro personal”, señala el informe.
Una tendencia que se ve corroborada por los resultados de una encuesta realizada en 2016 por el Banco Central Europeo, en la que se puso de manifiesto que el 67% de las transacciones privadas por un valor superior a 100 euros en los puntos de venta se realizaban en efectivo en Alemania, la cifra más alta de la Eurozona, muy por encima de la media del 31%.
“Por ello, no es sorprendente que la preocupación por la confianza y la privacidad impulsaran a muchos inversores a apresurarse a adquirir oro antes de que cambiase la normativa”, aseguran desde Metals Focus.
Factores favorables al oro
Al margen de este cambio normativo, hay otros factores que también han contribuido a incrementar el atractivo del oro. El primero de ellos ha sido el hecho de que, tras cinco años de tipos de interés negativos, un número cada vez mayor de bancos alemanes han decidido repercutir éstos en los clientes.
Según otro sondeo, realizado esta vez por el Bundesbank alemán el pasado mes de noviembre, casi el 60% de los bancos del país cargaron tasas de interés negativas en los depósitos de sus clientes corporativos, mientras que más del 20% hacían lo propio con los clientes particulares.
Por otro lado, el precio récord alcanzado por el oro en euros ha disparado la confianza de los inversores en el metal. Esos mismos inversores desconfían de las bolsas locales, a pesar de haber alcanzado máximos históricos, especialmente a causa de la ralentización de la economía en China, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea y la creciente preocupación por la epidemia de coronavirus.
En opinión de los analistas de Metals Focus, el escenario del oro sigue siendo bastante positivo por lo que se refiere a los inversores institucionales, a los que apenas ha impactado el cambio en los límites de transacciones en efectivo, pero que sí se han visto afectados por los tipos negativos y la desconfianza hacia los mercados de capitales.
De hecho, el interés por el oro físico se ha incrementado notablemente entre las ‘family offices’ y los inversores de rentas más altas.
Al margen de Alemania, la compra de oro físico en Europa ha sufrido un importante revés durante 2019, con caídas de dobles dígitos en la mayoría de los países.
Aunque la incertidumbre del panorama económico favorece a activos como el oro, su escasa penetración entre los inversores de muchos países (a excepción de Alemania) sigue siendo un importante obstáculo.
En cuanto a los Estados Unidos, la inversión en oro sigue siendo baja en lo que llevamos de 2020, tras tres años de pérdidas considerables, que dejaron las cifras de venta de lingotes y monedas de 2019 en niveles de antes de la crisis.