La banca española ha dado una nueva vuelta de tuerca a la rentabilidad de los depósitos, adelantándose a las previsiones de subidas de tipos en la zona euro. Las exiguas rentabilidades van a obligar a los inversores conservadores a explorar nuevas fórmulas, entre las que se presenta, como una alternativa muy interesante, la inversión en metales preciosos.
Según alertan desde el diario económico Expansión, la banca española ha reducido a mínimos históricos, en noviembre de 2018, los tipos de interés en las nuevas operaciones de depósitos en todos los plazos.
Así, la remuneración de los depósitos hasta un año se mantiene en el 0,04%; la de los depósitos entre uno y dos años se ha reducido desde el 0,07 hasta el 0,06%. El tipo medio ponderado se queda apenas en el 0,05%, la mitad que en noviembre de 2017 y muy lejos del 1,50% del año 2013.
En contraste, y según los datos del Banco de España, el importe de los depósitos de las familias españolas en las entidades financieras creció en el mismo mes de noviembre hasta los 791.400 millones de euros, un 2,59% más que en el mismo mes del año anterior.
¿Qué lectura se puede hacer de estos datos? Sencillamente, que las familias españolas cada vez confían más dinero a los bancos, pero obtienen una menor rentabilidad por ello.
Evidentemente, para muchos de ellos la solución no es recurrir a productos o activos de mayor rentabilidad y, por lo tanto, de mayor riesgo y menor liquidez. En muchos casos, estamos hablando de un perfil inversor muy conservador, que necesita tener una liquidez inmediata en caso de necesidad.
Como señalan desde Expansión, el sector de los depósitos ya está agotado en la banca española, ya que las entidades hace tiempo que no compiten en este segmento y mantienen rentabilidades cercanas a cero.
¿Qué tienen que hacer los inversores de carácter más conservador? Recurrir a otras alternativas de inversión que se ajusten a sus necesidades y exposición al riesgo.
En este sentido, la inversión en metales preciosos es una alternativa interesante que hay que considerar. El oro es un activo de inversión al que se recurre en momentos de incertidumbre y crisis en los mercados, y que ejerce una función de protección del patrimonio y del poder adquisitivo.
No solo eso: también resulta interesante para quienes tienen un horizonte de inversión a largo plazo.
Desde Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión, su presidente, Gabriel Ruiz, no duda en recomendar a los inversores conservadores que destinen a la compra de oro la mayor parte de sus excedentes económicos: “el oro es el auténtico activo triple A, que no tiene riesgo de contraparte”.
La compañía que preside ofrece unos interesantes planes que permiten a los clientes aprovecharse de la seguridad que ofrece un activo como los metales preciosos.
No en vano, a pesar de los altibajos registrados a lo largo de 2018, el oro lleva años superando la revalorización de otros activos supuestamente más rentables, como las acciones y los bonos del Tesoro.
En otros países de nuestro entorno, estas propiedades de los metales preciosos de inversión son asumidas plenamente por los pequeños inversores. En Alemania, por ejemplo, es costumbre destinar una parte de los ingresos a la compra de monedas o pequeños lingotes de oro, como inversión a largo plazo, destinada a mejorar las condiciones económicas del inversor a la hora de la jubilación.
Como señala el presidente de Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión, “nuestra compañía realiza una gestión activa del oro de los clientes, que les permite mantener su dinero al vencimiento de sus contratos, sin ninguna merma derivada de los costes adicionales que soporta el metal”.
Sin duda, una alternativa más que interesante ahora que las rentabilidades de los depósitos bancarios están de capa caída.