El Banco de Australia y Nueva Zelanda, uno de los principales operadores en el mercado asiático del oro, ha comunicado el cierre de su cámara acorazada de Singapur, un movimiento que responde a un cambio de estrategia en su negocio de metales preciosos.
ANZ Bank (Australia and New Zealand Banking Group), uno de los operadores más activos en el mercado del oro de Asia, ha comunicado el cierre de la cámara acorazada que mantenía en Singapur.
Una decisión que se produce después de que la entidad liquidara en 2018 su participación en un ETF respaldado por oro físico y que desde la industria se interpreta como un movimiento más en su estrategia de retirarse progresivamente del negocio de los metales preciosos.
El banco inauguró su cámara acorazada de Singapur (con capacidad para 50 toneladas de oro, alrededor de 2.000 millones de dólares a precios actuales) en 2013. En ese año, ANV presumió de haber distribuido cerca del 15% de la producción mundial de oro.
Según ha declarado un portavoz de la entidad a la agencia Reuters, “ANZ ha suspendido su servicio de custodia de metales preciosos, ya que no se alinea con nuestra estrategia de negocio actual. Se trata de un cambio muy leve en nuestro negocio de metales preciosos y commodities, que sigue constituyendo una parte muy importante del negocio de nuestra compañía”.
Fuentes de la industria cifran la aportación de la división de commodities de ANZ entre 50 y 80 millones de dólares anuales, y aseguran que el cierre del negocio de custodia forma parte de una amplia reestructuración y consolidación del negocio de metales preciosos y commodities de ANZ.
Otras entidades financieras han recortado o vendido sus negocios de metales preciosos en los últimos años, debido al incremento de la regulación y a la reducción de los beneficios. Es el caso de Scotiabank, Barclays, Deutsche Bank o Commerzbank.
El Banco de Australia y Nueva Zelanda es el tercer mayor prestamista de Australia y su división de metales preciosos creció de forma exponencial desde principios del siglo XXI, al especializarse en la exportación hacia China e India (los dos mayores consumidores mundiales) del oro que se extraía en Australia.
Ese crecimiento fue posible gracias al acuerdo que mantenía con The Perth Mint (casa de la moneda de Perth, en Australia, y una de las principales refinerías mundiales), que le permitía vender en el exterior los lingotes y monedas producidos por esta compañía.
Sin embargo, aquel acuerdo concluyó en 2016 y no fue renovado.