Cada año por estas fechas, personal del Ejército de Salvación, una organización humanitaria privada fundada en Londres en 1865, realizan una colecta de fondos para atender las necesidades de las personas sin hogar. En estas colectas suele ser habitual que alguna mano anónima deje una moneda de oro, como contribución personal a la labor humanitaria de la organización.
El último caso ha tenido lugar en el municipio de Matanuska-Susitna, en el estado de Alaska (EEUU). Según informa el medio local Alaska Public, el pasado viernes alguien dejó en uno de los característicos calderos rojos situados por el Ejército de Salvación en zonas comerciales para recibir las aportaciones de los viandantes, una moneda de oro.
Se trataba en concreto de un krugerrand, el primer bullion o moneda de inversión del mundo, que se acuña en Sudáfrica desde el año 1967, y que está valorado en unos 1.250 dólares.
En palabras de Janet Kincaid, responsable del consejo del Ejército de Salvación en Matanuska-Susitna y miembro del consejo de Anchorage, “fue algo inusual, estamos emocionados”.
Kincaid se dio cuenta enseguida de que se trataba de una moneda muy especial, que apareció entre las numerosas monedas de denominaciones pequeñas que habitualmente se encuentran en los calderos del Ejército de Salvación.
Suele ser habitual que cada año aparezca alguna moneda de valor entre las recaudadas por esta organización en diversos puntos del mundo (aunque fundado en Londres, el Ejército de Salvación funciona a escala global). Habitualmente suele tratarse de American Eagles, el bullion más popular de los Estados Unidos. Pero ésta es la primera vez que se encuentra un krugerrand en una campaña del Ejército de Salvación en Alaska.
Según la responsable local de la organización humanitaria, es posible que el misterioso donativo haya tenido relación con el terremoto que tuvo lugar el pasado 30 de noviembre en Alaska, y que alcanzó los 7,0 grados en la escala de Richter.
De hecho, el caldero del Ejército de Salvación en el que apareció el krugerrand estaba situado frente a un gran almacén que resultó especialmente afectado por el terremoto, así como toda la zona circundante.
Además, la moneda de oro estaba cuidadosamente guardada en un sobre de plástico y contenía una nota en memoria de una persona. Desde el Ejército de Salvación no han querido revelar ese nombre porque no saben si esa era la voluntad del donante anónimo.
Aunque la recaudación de este año ha sido calificada de especialmente generosa por parte de los responsables de la organización, éstos revelan también que es habitual que las personas que pasan por delante de los calderos rojos del Ejército de Salvación aprovechen para vaciar sus bolsillos.
“Hemos llegado a encontrar todo tipo de cosas, como tuercas y tornillos, todo tipo de monedas… A veces encontramos medallas de las que entrega la Asociación de Alcohólicos Anónimos a los miembros que superan los seis o nueve meses sin recaer en la bebida. Es habitual que sobre todo los hombres vacíen sus bolsillos”, señalan.
Como ya informamos en este periódico, la delegación del Ejército de Salvación en Springfield (Ohio, EEUU) suele encontrarse todos los años con monedas de oro en su recaudación, que han sido entregadas por un donante anónimo en alguno de sus calderos rojos.