El Gobierno de Arabia Saudí ha decidido utilizar el oro como medio para obtener mayores ingresos que compensen la caída de la economía del país como consecuencia de la crisis económica generada por la pandemia de Covid-19. Así, a partir del 1 de junio, el IVA que se aplica a los productos de oro físico se multiplicará por tres, desde el 5% actual hasta el 15%.
La economía de Arabia Saudí, al igual que muchas economías mundiales, se ha visto golpeada por la pandemia de Covid-19. El confinamiento y la paralización de los transportes han afectado aún más al sector en el que el país basa su economía: el petróleo.
Los precios del crudo se han desplomado a mínimos históricos, obligando al Gobierno del país a buscar soluciones para compensar la caída de los ingresos derivada de la depreciación de su principal producto de exportación.
Según informan desde EconoTimes, una de las soluciones con las que han dado tiene que ver con el oro. A diferencia de muchos otros países, entre ellos los de la Unión Europea, Arabia Saudí grava el comercio de oro físico con el Impuesto sobre el valor Añadido (IVA). Un impuesto que hasta ahora estaba en el 5%.
A partir del 1 de julio, este gravamen sobre el oro físico se va a triplicar, pasando al 15%, para incrementar los ingresos del estado y contrarrestar los efectos de la pandemia y de la crisis del precio del petróleo en la economía saudí.
Según los datos del Consejo Mundial del Oro, la pandemia ha provocado una caída de un 39% en la demanda de oro físico durante el primer trimestre del año, en comparación con el mismo periodo de 2019.
El sector del comercio del oro se ha visto especialmente afectado en Arabia Saudí, ya que la demanda se ha desplomado debido al confinamiento y a la cancelación de acontecimientos sociales como las bodas, en las que el oro tiene un papel muy importante.
En los últimos días de junio, los comerciantes de oro saudíes han presenciado una avalancha de clientes, una vez levantado el confinamiento, que se han apresurado a adelantar sus compras de oro, antes de que suba el IVA aplicado al metal.
Muchos de estos clientes buscan oro como protección ante la crisis económica, mientras que otros adelantan las compras previstas de cara a bodas y otros acontecimientos, para evitar el sobreprecio del 10% que supondrá la subida del impuesto.
Pese a ello, los comerciantes señalan que el nivel de ventas es aún inferior al que se registraba antes de que se desencadenase la pandemia y se decretase el confinamiento.
El temor a una segunda oleada de Covid-19 ha movido a muchos inversores de todo el mundo a incrementar sus posiciones en oro, tanto físico como en forma de ETF. Ello ha constituido uno de los factores que han disparado el precio del metal hasta cerca de los 1.780 dólares la onza.