El juicio que se sigue en New Haven (Connecticut, EEUU) contra Andre Flotron, el que fuera responsable del departamento de trading de metales preciosos del banco suizo UBS, por su responsabilidad en la manipulación de los mercados, está dando mucho de sí. Las declaraciones han puesto de relieve la forma en que los traders de UBS se relacionaban con los de otras entidades como Deutsche Bank para concertar las acciones de manipulación.
Las declaraciones de algunos de los testigos implicados, recogidas por Allan Flynn en el blog COMEX we have a problem, están resultando muy jugosas. Uno de los traders de UBS que han testificado, Kar-Hoe Chan, del equipo de Flotron, relató cómo había conocido en un bar de Singapur, en abril de 2009, a otro trader, David Liew,de Deutsche Bank.
La amistad entre ambos se convertiría en el detonante, con el permiso y ánimo de sus respectivos responsables, de un acuerdo secreto de colaboración entre ambos bancos para manipular los mercados de metales preciosos, que ellos llamaban en broma “DB-UBS Capital”.
En la declaración ante el tribunal, el trader de UBS reconoció que él y Liew habían “hecho cosas malas”, descuidando las más elementales normas de conducta en los negocios, después de que el responsable regional de Singapur de la división de metales preciosos de UBS le animara a “hablar con otros bancos”.
Según se puso de manifiesto en las declaraciones ante el tribunal, Chan y Liew utilizaron varios métodos diferentes para defraudar al mercado de los metales preciosos, entre los que se incluía el “spoofing” (emisión de importantes órdenes de venta o compra, que se retiran inmediatamente después), “front running” (inversión ventajista), conspiración para alterar los spreads o estrangulamiento de posiciones cortas.
Todos estos métodos, según testificó Chan, eran “prácticas comunes” en las oficinas de trading de metales preciosos. Pese a ello, a Andre Flotron, responsable de Chan, solo se le está juzgando por uno de esos delitos, el “spoofing”. Un método de fraude que consiste en emitir una importante orden de compra o venta de valores que sirve para asustar o ilusionar al resto de competidores en el mercado, y que inmediatamente después se cancela, tras haber influido en el comportamiento del resto de operadores.
De los siete cargos que se le imputaban a Flotron, en febrero pasado el juez del Distrito Jeffrey Alker Meyer rechazó seis, por lo que al trader solo se le está juzgando por uno de los cargos, lo que hace improbable que el juicio ponga de relieve la auténtica dimensión del sistema de manipulación del mercado de metales preciosos elaborado por los bancos.
Otro de los delitos, la inversión ventajista, fue rechazado con la salvedad de que, si se aportaba un testigo que declarase que se había llevado a cabo esa actividad ilícita, se podría acusar a Flotron de la misma y se podrían investigar los correos que se intercambiaron el propio Flotron y Chan sobre la materia.
De hecho, en las comunicaciones entre Chan y Liew que fueron intervenidas existen múltiples ejemplos de acciones coordinadas de “front running” entre ambos.
La declaración del trader también ha puesto de relieve que al menos otros tres responsables de UBS estaban implicados en la manipulación de los mercados de metales preciosos, ya que Chan había estado presente en reuniones con ellos en las que se planteaba abiertamente el “spoofing” en los mercados de oro, plata, platino y paladio.
La fiscalía está intentando demostrar que los ejecutivos de UBS en Singapur trataron de entrar en contacto con otras entidades financieras como al banco suizo Julius Baer o el japonés Mitsui, para que se implicaran en los planes de manipulación
La defensa del trader, por su parte, argumentó que la cancelación de órdenes masivas, que es el último paso del “spoofing”, una vez que se han provocado en el mercado los efectos deseados, “es comparable a cuando un consumidor desiste de su compra antes de realizarla y devuelve la lata de Coca-Cola a la estantería”.
Para sus defensores, “Andy [Flotron] es inocente y este juicio es un inmenso error de 24 quilates. El único trabajo que ha tenido ha seguido negociar oro y plata para UBS, con todo su corazón, sentimiento y curiosidad, no contra inversores particulares sino contra superordenadores”.
En cambio, el abogado de la acusación, Avi Perry, afirmó que “Flotron engañó cientos de veces a otros traders de los mercados del oro y la plata, lo que provocó pérdidas de cientos de miles de dólares a numerosos inversores. Quería un precio bajo, así que forzaba al mercado a bajar y ganaba dinero fácil”.