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Australia emerge de la pandemia como la nueva potencia mundial del sector del oro

Bandera australiana y lingotes de oro

La pandemia de covid-19 de 2020 supuso un punto de inflexión para la industria mundial del oro, que vio cómo la demanda se desplomaba y la producción se resentía por el cierre de muchas explotaciones y el confinamiento de países enteros. Ahora que la demanda mundial del metal precioso se está recuperando, el mercado global del metal precioso tiene buenas perspectivas, especialmente para Australia, que va a desempeñar un papel protagonista durante los próximos años.

En un interesante artículo firmado por Scarlett Evans en Mining Technology se analiza la situación actual y el futuro del sector del oro en Australia, uno de los mayores productores mundiales, con una trayectoria que se remonta al siglo XIX.

El oro ha sido un producto clave en las exportaciones de Australia desde entonces. Las estimaciones apuntan a que el país alberga el 17% de las reservas de oro mundiales, equivalentes a unas 9.500 toneladas del metal.

Durante la última década ha sido el segundo mayor productor mundial, por detrás de China, y su resistencia ante la pandemia le ha permitido mantener estable su producción e incluso encabezar brevemente el ránking mundial mientras los demás productores sufrían cierres y retrasos en sus operaciones.

Los últimos acontecimientos geopolíticos que se han registrado tras la pandemia, especialmente la situación en Ucrania, han provocado un crecimiento de la demanda de oro y la recuperación de los mercados de inversión y joyería, debido a que los ciudadanos buscan activos estables en los que confiar en momentos de crisis.

Según explican desde Mining Technology, con el presupuesto de exploración más alto de su historia y numerosos proyectos a punto de entrar en fase de producción, Australia se ha situado en primera fila para satisfacer esta creciente demanda de oro.

Producción

La producción de oro en Australia durante los dos últimos años ha sido la más alta de su historia, con 321 toneladas extraídas durante el año fiscal 2021. De cara a los próximos años, se espera que continúe este crecimiento de la producción, con una estimación de 379 toneladas para 2023 y un crecimiento a una tasa media anual compuesta del 3,5% entre 2021 y 2025.

Desde GlobalData señalan que “la pandemia tuvo un impacto muy limitado en la minería australiana en general, gracias a la rápida reacción del Gobierno y de los estados clave, en especial Australia Occidental (que tiene las mayores reservas de oro del país, un 70%), que impusieron unas normas de acceso muy estrictas”.

Ello permitió que, mientras otros países productores de oro como Sudáfrica vieron cómo se cerraban la mayor parte de sus minas de oro, en Australia se mantenía la actividad en prácticamente todas las explotaciones.

Otro factor que contribuye al aumento de la producción es que el presupuesto de explotación minera por parte del Gobierno australiano es el más alto desde el año 2012: 359 millones de dólares australianos (270 millones de dólares USA). Ello implica que la labor de explotación en busca de nuevos yacimientos está siendo intensiva en el país, con una cifra récord de perforaciones, según S&P Global Platts.

Nuevos proyectos

Según el artículo de Mining Technology, en la actualidad se están desarrollando un centenar de nuevos proyectos mineros de oro en el país, de los que 11 ya están en fase de construcción y se espera que sean operativos entre 2022 y 2025. Una vez que lo hagan, la capacidad de producción de las minas de oro australianas aumentará en más de 1,16 millones de onzas (36,2 Tm).

Como explica Mike Rundus, de EY Oceania Mining and Metals, “el mercado del oro australiano fue el mayor productor mundial durante el primer semestre de 2021 y está previsto que crezca a un ritmo del 8% durante los próximos años, impulsado tanto por la producción de nuevas minas como por la ampliación de las ya existentes”.

La mayor dificultad a la que se enfrenta el sector minero del oro en Australia es que, como sucede con otras commodities, los yacimientos de oro cada vez son menos accesibles e implican unos costes de extracción más elevados, ya que se hallan a mayor profundidad.

Según Rundus, “en Australia, el mineral de oro es cada vez menos accesible y su extracción comporta mayores costes, ya que la concentración de metal disminuye”. Por ello, la rentabilidad de las explotaciones depende en gran medida del precio global del oro y del valor que tenga en ese momento el dólar australiano.

Pese a ello, el oro va a seguir siendo una industria rentable durante el futuro cercano en Australia, país que alberga las mayores reservas mundiales y, por tanto, está preparado para responder a las necesidades de los inversores, convirtiéndose en un centro mundial de distribución del metal precioso.

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