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Austria ya cuenta con el 50% de sus reservas de oro en su territorio

Lingotes de oro de la cámara acorazada del banco central de Austria

El Banco Nacional de Austria va a concluir más de un año antes de lo previsto la campaña de repatriación a su territorio de la mitad de sus reservas de oro. A finales de 2018, un total de 140 toneladas de oro se encontrarán custodiadas en territorio austriaco, mientras que las otras 140 toneladas se repartirán entre Londres (84 toneladas) y Suiza (56).

El Oesterreichische Nationalbank AG (Banco Nacional de Austria), va a concluir antes de lo previsto el proceso de repatriación de una parte de sus reservas de oro que se encontraban custodiadas fuera de su territorio. Un plan que se puso en marcha en 2015 y se esperaba concluir en 2020.

Como ya hiciera su homólogo alemán, el Bundesbank, en 2017, el banco central austriaco tenía el objetivo de que al menos el 50% de sus reservas de oro se encontraran en su propio territorio.

Para ello ha estado trasladando lingotes de oro desde Londres en los últimos tres años, hasta que la mitad de las 280 toneladas que constituyen las reservas oficiales de oro de Austria han sido depositadas en su territorio.

Las otras 140 toneladas de oro propiedad del banco central austriaco se reparten entre Londres (unas 84 toneladas) y Suiza (56 toneladas).

El hecho de que parte de las reservas se encuentren fuera de su territorio responde a una estrategia habitual de deslocalización que practican los bancos centrales, que les permite reducir el riesgo de concentración de sus reservas.

No es casualidad que las 140 toneladas que se custodian en el exterior se repartan entre Londres y Suiza, ya que son los dos principales mercados mundiales del oro, lo que permitiría negociar con facilidad, en caso de necesidad, ahorrándose los gastos derivados del transporte del metal.

Las reservas de oro de Austria han evolucionado desde que, en 1938, el Deutsche Reichsbank confiscara 78,2 toneladas de oro austriacas tras la anexión del país por parte del III Reich. De ellas, tan solo fueron restituidas 50,1 tras la Segunda Guerra Mundial.

En las décadas de los 50 y 60 del siglo XX, el llamado “milagro económico” propició un notable incremento de las reservas de oro, que crecieron hasta que en los años 80 se alcanzó la cifra máxima: 657 toneladas.

Desde entonces, se estimó más seguro y efectivo que la mayor parte de esas reservas se almacenaran en el extranjero, principalmente en las sedes de los mercados internacionales del oro, para que se pudiera negociar con ellas en caso de necesidad.

La Guerra Fría, en los años 80, hizo que se comenzaran a tener en cuenta también las variables geopolíticas.

A partir de los años 90, el volumen de reservas descendió: unas 22 toneladas se entregaron al Banco Central Europeo (BCE) y el banco central austriaco vendió parte de su oro. Desde 2007, las reservas de oro de Austria se mantienen estables, en 280 toneladas.

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