Los activos reales son una clase de activos de inversión que, a diferencia de los activos financieros, tienen un valor físico inherente. Incluyen diversas categorías, como los metales preciosos, los diamantes, coches antiguos, obras de arte, bienes inmuebles o incluso botellas de vino. En un momento como el actual, constituyen una buena opción para invertir y su precio es más barato que el de los activos financieros.
Un informe de Bank of America destinado a sus clientes señala que éste es un buen momento para apostar por los bienes reales como los metales preciosos, piedras preciosas, obras de arte, bienes inmuebles o antigüedades, ya que estos activos “resultan comparativamente más baratos” que los activos financieros como las acciones de empresas cotizadas en Estados Unidos.
Según el análisis realizado por Michael Hartnett, analista jefe del banco estadounidense, los activos reales como las materias primas, bienes inmuebles y objetos de colección se encuentran en su nivel más bajo desde 1925, en comparación con el precio de los principales activos financieros como las acciones y los bonos del tesoro.
Entre las ventajas de los activos reales está su condición de protección frente a la inflación, su capacidad para diversificar las carteras de inversión, su escasez y el hecho de que, ahora mismo, su demanda es muy baja.
“Alrededor del 5,5% de la capitalización de mercado de los ETF está expuesta a los activos reales, y vemos potencial para que esta cifra aumente en los próximos años. Creemos que estamos ante un punto de inflexión clave tanto para la inflación como para los tipos de interés”, señala el informe.
Para Hartnett, el año 2020 supuso el punto más bajo de la inflación y los tipos de interés, debido a la reversión de factores deflacionarios, excesos fiscales y un ciclo explosivo de reapertura de la economía, que ocasionó un exceso de demanda de bienes, servicios y empleo.
Sin embargo, al analista advirtió de que la subida de la inflación va a tener un impacto en los rendimientos de las acciones durante la próxima década.
Desde Bank of America recomiendan invertir de forma directa a indirecta en activos reales. La inversión directa puede llevarse a cabo por medio de bienes inmuebles, metales preciosos e industriales, tierras de cultivo, energía, diamantes, vino, obras de arte y coches.
Las fórmulas indirectas incluyen la participación en ETF, sociedades inmobiliarias o fondos de inversión centrados en activos reales.