Con el mercado del oro pendiente de las pistas que pueda dar el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sobre la futura actuación de la Reserva Federal en cuanto a su plan de rescate y a los tipos de interés en su discurso de Jackson Hole (Wyoming), los analistas siguen siendo optimistas sobre la evolución del precio del metal.
El último informe publicado el pasado 26 de agosto por los analistas de Bank of America estima que el precio del oro subirá hasta los 1.900 dólares la onza hacia finales de este mismo año y promediará los 1.800 dólares en el cuarto trimestre, manteniéndose en ese nivel durante el primer semestre de 2022.
Según este informe, los principales obstáculos con que se va a encontrar el mercado del oro es el buen momento del dólar estadounidense y la subida de los rendimientos de los bonos del tesoro.
“El panorama macroeconómico global sigue siendo muy poco estimulante y no anima a los inversores a recurrir al oro. Los tipos nominales y los rendimientos no han mostrado una tendencia persistente hacia arriba o hacia abajo durante los últimos meses, lo que tampoco ha favorecido al mercado del oro. En lo que llevamos de año, los rendimientos reales de los bonos, que suelen ser el factor clave para el oro, se han comportado de manera circular y cotizan ahora mismo a los mismos niveles que en el mes de enero”, señala el informe del banco estadounidense.
El factor ahora mismo más favorable para el oro es la inflación persistente, aunque la posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense endurezca su política monetaria podría limitar la subida del precio del oro a comienzos del año que viene.
“Conforme se acelera la economía estadounidense, la inflación debería seguir subiendo; y con los mercados convencidos de que el panorama de éste es benigno, una subida por encima de lo esperado podría beneficiar al oro. Y al margen de eso, el interés inmediato del mercado se va a centrar en cuándo se va a comenzar a retirar el plan de ayudas, por lo que el oro va a seguir siendo atractivo para los inversores de momento. El mayor riesgo al que se enfrentaría el metal sería a una importante subida de los tipos reales”, concluyen.