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Bank of America estima que el precio del oro promediará los 1.925 dólares la onza en 2022

Sede de Bank of America en Boston (EEUU)

Las previsiones de analistas y bancos de inversión siguen siendo favorables al oro, que cuenta en 2022 con factores positivos como la persistencia de la inflación y la inestabilidad geopolítica internacional, que ponen en valor su condición de activo refugio. Por el lado contrario, la subida de los rendimientos de los bonos, la apreciación del dólar y la posibilidad de que la Reserva Federal vuelva a subir los tipos de interés, son los factores que pueden lastrar al metal precioso.

El oro continúa cotizando por encima de los 1.800 dólares la onza, a pesar de que tanto los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años como el dólar han remontado desde sus respectivos mínimos anuales de -1,25 y 89,5 a -0,54 y 95,7, respectivamente.

En concreto, el precio spot del oro se sitúa ahora mismo en 1.846,70 dólares la onza, mientras que el fixing cerró la sesión del 25 de enero a 1.847,30.

En un informe publicado en estos días por Bank of America, la entidad destaca la trayectoria del precio del oro, a pesar de la subida de los rendimientos de los bonos y del dólar, que tradicionalmente son los factores más críticos a los que se enfrenta el metal precioso.

Según el analista de Bank of America y autor del informe Global Metals Weekly Report, Michael Widmer, el oro está atrayendo importantes flujos de inversión, que se están mostrando muy resistentes.

Para Widmer, el oro se ha desconectado de sus factores tradicionales debido a las importantes distorsiones que se esconden detrás de la subida de la inflación, de los tipos de interés y de los movimientos en las divisas. Todas estas fuerzas del mercado están elevando el atractivo que tiene como parte de la cartera de los inversores.

Por ello, el informe de Bank of America estima que el metal alcanzará un precio medio de 1.925 dólares la onza durante 2022, significativamente por encima de los niveles a los que ha estado cotizando durante los últimos meses.

El informe señala también que la inflación al 7% deja a la Reserva Federal en una situación muy complicada, aunque alerta de que el endurecimiento de la política monetaria puede no ser la “bala de plata” que solucione el problema: “parte de la subida de la inflación se debe a factores domésticos, pero otra parte, como la derivada de los problemas en la cadena de suministros, no; además, se ha puesto en juego una mezcla de factores temporales y más persistentes. También hay que tener en cuenta que la reacción de la Fed ha cambiado”.

En su opinión, “las subidas graduales de los tipos de interés, acompañadas de una inflación decreciente, un crecimiento económico sostenido y estabilidad en los mercados pueden constituir un escenario ideal para la política monetaria estadounidense, pero es un camino muy complicado. El riesgo de cometer un error político es muy grande y la creciente volatilidad de los mercados de capitales tiende a desviar la atención de los inversores hacia los activos refugio como el oro.

El informe señala también que la normalización política ha contribuido a cerca de un 50% de la caída del valor del bitcoin y las criptomonedas, que es otro factor que está aumentando los flujos de inversión hacia el oro.

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