La energía necesaria para el funcionamiento de las minas constituye uno de los principales gastos que tienen afrontar las compañías mineras. En algunos casos, los cortes de suministro, como ha ocurrido recientemente en Sudáfrica, se han traducido en caídas de la producción. Otro frente abierto es el del uso de energías renovables para sustituir a los combustibles sólidos.
En este último aspecto, una de las compañías mineras más grandes del mundo, la canadiense Barrick Gold, acaba de anunciar que la planta de energía de la mina de oro de Pueblo Viejo (República Dominicana) comenzará a funcionar con gas natural a partir del primer trimestre de 2020.
Según la información facilitada por Barrick, el objetivo de la compañía es reducir la emisión de gases de efecto invernadero y reducir costes, “en línea con la estrategia de una energía limpia y eficiente por parte del grupo”.
En mayo de 2018, Barrick firmó un acuerdo de 10 años de duración con la compañía energética dominicana AES Andrés DR, para la provisión de gas natural y la construcción de un gaseoducto desde la terminal de AES hasta la planta de energía Quisqueya I, en la mina de Pueblo Viejo.
De este acuerdo también se va a beneficiar la región dominicana de San Pedro, que hasta el momento no había tenido acceso a este tipo de energía por falta de infraestructuras adecuadas.
Según el presidente y CEO de Barrick Gold, Mark Bristow, desde la puesta en funcionamiento de la planta energética de Quisqueya I en 2013, desde la mina de Pueblo Viejo habían estado estudiando fórmulas para reducir el impacto medioambiental de sus emisiones, así como el coste de la producción energética.
“La conversión de Quisqueya I a gas natural ayudará a reducir los costes de generación de energía de la mina de Pueblo Viejo en al menos un 30%. La emisión de gases de efecto invernadero también se va a reducir en un 30% y la de óxido nitroso, un 85%. La dependencia de la mina respecto al combustible derivado del petróleo también se reducirá de forma significativa”, asegura Bristow.
La construcción del gaseoducto facilitará la conversión de otras plantas energéticas de la región, lo que se va a traducir en una reducción aún mayor de la emisión de gases de efecto invernadero, así como un ahorro significativo en los costes energéticos dentro de la red nacional de la República Dominicana.
Otros productores energéticos de la zona han anunciado recientemente la conversión a gas natural de un total de 525 MW.
Según explica Barrick, Pueblo Viejo también está contribuyendo al sector de la energía eléctrica de la República Dominicana por medio de la construcción de la subestación eléctrica de Bonao III, como parte de una alianza público/privada con la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) y la Empresa Generadora de Electricidad Haina (EGE Haina), propietaria de la planta energética de Quisqueya 2, situada junto a Quisqueya I.
Se espera que el funcionamiento de la subestación de Bonao III contribuya a aumentar la estabilidad del suministro nacional de electricidad, cuando entre en servicio a mediados del año que viene.
En palabras de Bristow, “el acuerdo de conversión, el gaseoducto y la subestación de Bonao III representan un paso adelante no solo para Pueblo Viejo, sino para todos los dominicanos, ya que implica no solo beneficios medioambientales, sino también una significativa reducción de los costes eléctricos en el país, una menor dependencia del crudo y mayor estabilidad en la red energética nacional”.
La mina de oro de Pueblo Viejo es la mayor del continente americano y la octava del mundo. En 2018, su producción fue de 30,1 toneladas de oro.