A pesar de que todas las compañías mineras extranjeras que operan en Mali habían comunicado que seguían operando con normalidad pese al golpe de estado que tuvo lugar en el país centro africano, Barrick Gold y AngloGold Ashanti acaban de anunciar la venta de sus respectivas participaciones en la mina de oro de Morila a una compañía local.
En una nota de prensa, la minera canadiense Barrick Gold informa sobre el acuerdo alcanzado con la compañía sudafricana AngloGold Ashanti para la venta de su participación conjunta de un 80% en la mina de oro de Morila (en la imagen) a la compañía Mali Lithium Limited.
El montante de la operación está entre los 22 y los 27 millones de dólares, en función de las condiciones en que se cierre el acuerdo, que está sujeto a determinadas cláusulas, como el reconocimiento de la transacción por parte del estado de Mali, que posee el 20% restante del capital de la mina de Morila.
Según el comunicado de Barrick, la decisión de los actuales propietarios y operadores de vender su participación en Morila “ofrece la posibilidad de que la mina continúe funcionando bajo una nueva estructura de propiedad que le permitirá acceder a recursos adicionales y a una nueva forma de utilizar la infraestructura existente para extender la vida útil de la operación”.
Por su parte, Barrick afirma que la venta le permitirá centrarse en el descubrimiento, desarrollo, gestión y operación de sus activos de primer nivel. Ambas partes quieren cerrar el acuerdo antes de octubre de 2020.
El descubrimiento y desarrollo de la mina de oro de Morila, que produjo su primer oro en octubre de 2000, permitió a la compañía Randgold Resources, recientemente absorbida por Barrick, convertirse en una de las principales mineras de oro mundiales.
Conocida en su momento de apogeo como ‘Morila the Gorilla’, la mina llegó a producir más de 6,9 millones de onzas de oro (214,6 Tm) e hizo ganar más de 2.500 millones de dólares a sus accionistas y al Gobierno de Mali, en forma de impuestos y dividendos.
Morila fue la base que permitió la expansión de Randgold Resources por África, por medio de minas como Loulo-Gounkoto, también en Mali, o Kibali en la República Democrática del Congo, que forman parte ahora del grupo de minas de primer nivel (Tier 1) de Barrick Gold.
La mina había quedado reducida en 2015 a una planta de tratamiento de relaves y estaba previsto clausurarla en 2021.
Según Willem Jacobs, COO para África y Oriente Próximo de Barrick, su adquisición por parte de Mali Lithium Limited constituye una oportunidad para que el nuevo propietario amplíe la vida útil de la mina aprovechando la infraestructura existente, modificando los criterios de planificación y evaluación y accediendo a recursos adicionales que puedan seguir beneficiando a los accionistas de la compañía en el país.
Aunque la comunicación de Barrick deja ver que se trata de una decisión estratégica para centrarse en activos de primer nivel, a nadie se le escapa que deshacerse de un activo en Mali, que cuenta con una participación del propio Gobierno del país, en un momento como éste, resulta una decisión sumamente oportuna.
Cuando se conoció la noticia del golpe de estado, Barrick fue una de las primeras mineras en asegurar que seguiría operando con normalidad en el país aunque, como hemos visto, no ha sido así.