Icono del sitio Oroinformación

Buenas sensaciones para el oro en 2018: el inicio del año es magnífico

Son las fechas típicas de hacer balances y previsiones en torno al mundo de los metales preciosos. Si analizamos lo sucedido en 2017 podemos destacar, de entre muchas, una conclusión: el oro físico cerró en el mercado de Londres con ganancias de 147,85 dólares por onza. Si afrontamos previsiones, el arranque del año se comporta por ahora como el mejor en el último lustro con 1.312,80 dólares la onza en el precio de salida el pasado 2 de enero.

El año 2014, en esa misma fecha, el comportamiento del rey de los metales iniciaba su marcha en Londres en 1.219,75 dólares la onza. Un año después, saliendo en el mismo día del mes, la cifra bajó a 1.184,25 dólares; para volver a bajar en 2016 hasta los 1.072,70 cuando inició su recorrido el 4 de enero. El 3 de enero de 2017 hubo una ligera recuperación en el precio de salida y el oro físico partió de 1.148,65 dólares. Para auparse desde el 2 de enero pasados a los 1.312,80 dólares la onza según el LBMA londinense.

Desde que tocó fondo a finales de 2015, el oro se ha estado recuperando constantemente con algunos reveses en el camino, debido sobre todo a situaciones y conflictos internacionales que influyeron sobre el metal precioso: desde el primer gran revés en 2016 con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca; para rehacerse ante la caída del dólar en la segunda mitad de 2017, cuando se normalizaron las políticas monetarias de Canadá y Reino Unido.

Según los análisis de la afamada Kitco estadounidense, a finales del pasado mes de diciembre, después del debut de Bitcoin en el CME, parte del alboroto de la criptomoneda se ha calmado y el capital que se lanzó a comprar las monedas virtuales regresó a los mercados del oro.

De ahí que, posiblemente, en cuanto a previsiones, uno de los factores clave del comercio de oro y plata en 2018 sea la relación entre los metales preciosos y las criptomonedas, y cómo ambos grupos encuentran su lugar en un mundo en expansión del comercio de divisas. Claro que sin prestar mucha atención al “órdago” del todopoderoso presidente venezolano Nicolás Maduro, que en una nueva huida hacia adelante se ha sacado de la chistera (mejor de la boina bolivariana) una criptomoneda, el “Petro”, nada menos que presuntamente avalada por las reservas nacionales de oro, parte de las cuales ya están embargadas por organismos internacionales, tales como el Deutsche Bank. Hasta el propio presidente de la Asamblea Nacional ha echado abajo tal proyecto antes de que surja oficialmente el próximo 14 de enero.

En otro orden de cosas, es totalmente improbable que los impulsores tradicionales del comercio de oro desaparezcan en 2018, no sólo es así si no que durante el año que iniciamos puede haber un gran impacto que dirija las posiciones del mercado hacia el metal precioso: por ejemplo, el aumento de los precios de los productos básicos y el potencial de retorno de la inflación podrían respaldar al oro en su papel de cobertura ante la inflación.

Esos mismos analistas de Kitco auguran que los niveles clave para el oro en el próximo año alcista se moverán siempre entorno de los 1.300 dólares la onza con un ascenso a la zona de los 1.375 a 1.400 dólares.

Por lo pronto, si un inversor muy inquieto quiere recoger ya beneficios, le corresponderán 6 dólares por onza, si compró el 2 de enero y vendió el pasado día 8.

Claro que esa no es la finalidad en la compra e inversión del oro físico, siempre pensado a medio y largo plazo. Al menos, lleguen ustedes hasta el 31 de diciembre, recogerán mejores resultados, y si apuran cinco años más, por lo menos, me lo agradecerán.

Salir de la versión móvil