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Canadá acuña la primera moneda de plata con un carrusel que funciona

En los últimos tiempos, el arte de la acuñación por parte de las casas de la moneda mundiales se ha aprovechado de las nuevas tecnologías: nuevos metales, inserción de color, esmaltes, figuras en tres dimensiones… La última novedad ha sido presentada recientemente por la Royal Canadian Mint: nada menos que una moneda de plata sobre cuyo reverso se asienta un carrusel en miniatura, con sus caballitos y todo, que gira cuando se le acerca un imán.

En cuestiones de innovación, no se puede negar que la Royal Canadian Mint (casa de la moneda oficial de Canadá) se encuentra entre las primeras del mundo. Recientemente publicábamos uno de sus últimos ejemplos de innovación: una moneda dedicada a un famoso avistamiento de un ovni en Canadá, policromada y con una tinta especial que brilla en la oscuridad.

La pieza que la ceca canadiense acaba de presentar se puede considerar una innovación total en el mundo de la numismática: se trata de una moneda de plata en cuyo reverso se asienta un pequeño carrusel, en tres dimensiones, que se puede mover gracias a un potente imán que viene suministrado con la pieza.

En términos estrictamente numismáticos, estamos hablando de una moneda acuñada en plata del 99,9% de pureza, calidad proof. Su valor facial es de 50 dólares canadienses. Pesa seis onzas (188,99 gramos) y tiene un diámetro de 65 milímetros. El canto es estriado y la emisión está limitada a apenas 1.000 piezas, cada una de ellas con un certificado numerado emitido por la Royal Canadian Mint.

El anverso muestra el retrato de la reina Isabel II de Inglaterra que habitualmente utiliza la Royal Canadian Mint, realizado por Susanna Blunt, cuyas siglas (SB) figuran en la base del mismo. A su alrededor aparece la leyenda “Elizabeth II D. G. Regina” (Isabel II, reina por la Gracia de Dios). El campo muestra un diseño realizado a base de minúsculas hojas de arce entrelazadas, que no solo es un adorno, sino que forma parte de las medidas de seguridad adoptadas por la Royal Canadian Mint para evitar las falsificaciones.

Además, el diseño del anverso de esta moneda se ve realzado por el hecho de que tanto el retrato de la reina como el anillo exterior están chapados en oro.

El reverso es obra del diseñador Calder Moore, responsable tanto del diseño de la superficie de la moneda como del pequeño carrusel insertado en la misma. El diseñador ha tratado de recrear los adornos característicos de los carruseles clásicos, de estilo rococó, envolviendo la pieza central, que es la miniatura del carrusel, que se sitúa en el centro, ligeramente desplazada hacia la parte superior.

En el centro, bajo el adorno que rodea al carrusel, aparece el nombre del país emisor, “Canada” y en la parte inferior, su valor facial “50 dollar” y el año de emisión, 2018. Para realzar el diseño, tanto los adornos como el anillo exterior, al igual que en el anverso, están chapados en oro.

Sin duda, la pieza más llamativa del reverso es la miniatura del carrusel, que recrea los carruseles clásicos tan característicos de Canadá. La reproducción incluye también seis caballitos, chapados en oro, que se mueven cuando el carrusel gira.

Según la información facilitada por la Royal Canadian Mint, el carrusel ha sido diseñado de forma que su rotación no va a afectar a la superficie de la moneda ni a producir arañazos. Además, para proteger la pieza, se suministra con una cápsula transparente especial que cubre completamente la pieza y la protege. La forma de la cápsula y el mecanismo del carrusel recuerdan a los famosos huevos diseñados por el joyero Carl Fabergé para la Familia Real de Rusia.

Para mover el carrusel, la moneda se suministra con un potente imán que permite girarlo a voluntad, tanto en un sentido como en el otro. Y es que una de las formas de distinguir si un carrusel es británico o norteamericano es, precisamente, el sentido en el que gira: en el sentido de las agujas del reloj, el primero; o al revés, el segundo.

Como explica la responsable de producto de la Royal Canadian Mint, Uyen Vo, tenían pesado acuñar una moneda dedicada a los carruseles tradicionales canadienses, “así que pensamos que sería una buena idea hacer una moneda que fuese un carrusel.

Como era de esperar, la acuñación de esta pieza ha sido más complicada de lo habitual: “cualquier pieza en la que interviene la tecnología es más complicada de fabricar. En este caso se han interrelacionado diversas tecnologías y han tenido que trabajar codo con codo varios departamentos. ¡Nadie dijo que la innovación fuera una cosa fácil!”, señala Vo.

En un principio, la pieza se iba a inspirar en el carrusel que se encuentra en el parque Wonderland, al norte de Toronto. Pero luego se introdujeron elementos de otros carruseles de Canadá para hacer el diseño algo más universal.

Terminado el diseño, empezó el proceso de elaboración del carrusel, que duró más de un año, debido a complicaciones como el reducido tamaño de las piezas que lo forman. “Era necesario encontrar el equilibrio entre la delicadeza que requería el diseño y la durabilidad que necesita una pieza que va a estar en movimiento. Tuvimos que fundir las piezas hasta ocho veces hasta que nos aseguramos de que todo funcionaba correctamente y que el carrusel, una vez ensamblado, era lo suficientemente resistente. Cuando acuñamos una moneda, queremos que dure para siempre, apunta la responsable de producto de la ceca canadiense.

Para perforar el agujero donde se encaja el carrusel, se utilizó una fresadora de última tecnología desarrollada por el departamento de I+D de la Royal Canadian Mint. La moneda se fabricó con la maquinaria utilizada por la ceca para elaborar medallas, en vez de la máquina acuñadora.

Sin duda, una auténtica obra de arte en miniatura que, sin embargo, algunos aficionados a la numismática más ortodoxos mirarán con desdén.

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