La compañía minera china Shandong Gold Mining deberá esperar al menos 45 días para conocer el destino de su propuesta de compra a la canadiense TMAC Resources. Si se aprueba, la venta le daría a la empresa china acceso a las operaciones en el estratégico extremo norte de Canadá, en la mina de oro de Hope Bay ubicada en Nunavut.
El gobierno de Canadá ha extendido una revisión de seguridad nacional de la adquisición de la minera china Shandong Gold Mining, por 165 millones de dólares, de la compañía minera de oro canadiense TMAC Resources que opera en el estratégico extremo norte del país norteamericano.
TMAC Resources contó a Eduardo Baptista que una revisión federal de la oferta pública de adquisición por parte de Shandong Gold Mining se había extendido durante 45 días.
Si se aprueba, el acuerdo le daría a Shandong Gold Mining, el segundo mayor productor de oro de China, control total sobre el único activo de TMAC, el proyecto de oro Hope Bay.
Situada en Nunavut, en el extremo norte de Canadá, Hope Bay (cuya imagen aparece en portada)no solo tiene una gran cantidad de depósitos de oro, sino que también se encuentra en el Paso del Noroeste, una ruta marítima que une los océanos Atlántico y Pacífico a través del Ártico.
Aunque la ruta permanece congelada e intransitable durante la mayor parte del año, algunos científicos dicen que el cambio climático pronto abrirá el paso por períodos más largos, lo que podría abrir una ruta de envío mucho más corta entre Asia y Europa.
El valor estratégico del área y el potencial sin explotar llevaron a algunos miembros de la oposición de Canadá y ex funcionarios del gobierno a pedir al primer ministro Justin Trudeau que bloquee la venta, según informes de los medios canadienses.
La Ley de Inversiones de Canadá requiere que el gobierno revise cualquier adquisición por parte de una empresa estatal y permite a las autoridades bloquear cualquier acuerdo que pueda amenazar la seguridad nacional del país.
Si bien Nunavut abarca un área más grande que Francia, está escasamente poblada y carece de infraestructura.
Beijing ha pedido que el Ártico se convierta en una «Ruta de la seda polar«, con planes para que la región se integre en su Iniciativa de la Franja y la Ruta, una extensa red de comercio e inversión liderada por China que conecta Asia con Europa.