Cinco países árabes, liderados por Arabia Saudí, han roto relaciones diplomáticas con Catar, un pequeño país del Golfo Pérsico, que de repente se ve acorralado económicamente con el único sustento de su oro y su petróleo.
En el este de la península arábiga, frontera con Arabia Saudí por un lado y por las aguas del Golfo Pérsico por el resto, se encuentra un pequeño país con apenas dos millones y medio de habitantes regidos por una monarquía absoluta, que se independizó del Reino Unido en 1971.
El Estado de Catar (Dawlat Qatar) posee en la actualidad la tercera mayor reserva mundial de gas natural, lo que ha convertido al pequeño emirato en el país con mayor renta per cápita del planeta y lo ha llevado a alcanzar el índice de desarrollo humano más alto de todo el mundo árabe
Precisamente, cinco de esos países con los que comparte lengua, cultura y religión han declarado a Catar como “no amigo”, negándole el pan y la sal (mejor la torta y la cúrcuma). Así, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin han roto sus relaciones diplomáticas con el gobierno catarí, ordenando el cierre de sus fronteras, cortando además las vías de comunicación áreas, marítimas y terrestres para aislarlo.
El motivo está centrado en la continua ayuda de Catar al terrorismo yihadista, además de simpatizar abiertamente con Irán.
Esta tensión entre los países árabes ha tenido una consecuencia directa en la bolsa catarí que ha cedido un 7,2 por ciento, pero las tensiones económicas pueden ir a más.
Si bien, por ahora, el gobierno de Doha cuenta con un nutrido respaldo petrolífero y de gas natural, tanto por sus reservas naturales como por su producción, la más alta de la región y la tercera del mundo.
Pero, además, según el Consejo Mundial del Oro, Catar ocupa el puesto número 55 de los países con mayores reservas de oro del mundo, con 26’6 toneladas en su banco central, equivalentes a un 3’1% del total de sus reservas económicas.
Fuera de esta área geográfica se mira con preocupación al año 2022, fecha de celebración del Campeonato Mundial de Fútbol, para cuya preparación ya se han iniciado grandes obras e infraestructura.