La esperada licitación abierta por el Gobierno de Egipto para la explotación de sus minas en el Desierto de Nubia y el Sinaí puede quedarse desierta, a tenor de las leoninas condiciones impuestas por la Autoridad de Recursos Mineros de Egipto (EMRA, por sus siglas en inglés) a las compañías mineras que estaban interesadas en pujar por los lotes de terreno.
De momento, Centamin Plc, que es la única compañía minera que opera una mina de oro en Egipto, ya ha anunciado que no va a concurrir a la licitación, ya que los términos no son viables desde el punto de vista comercial.
Egipto espera que la producción de oro se convierta en una futura fuente de ingresos y crecimiento para la maltrecha economía del país. A mediados del mes de enero comenzaron a aceptar ofertas para las cinco concesiones de esta primera licitación para la explotación de las minas de oro que se convocada en casi una década. El plazo de presentación de ofertas termina el próximo 20 de abril.
Desde la compañía minera Centamin, que extrajo el año pasado un total de 551.036 onzas de oro de la mina de Sukari (en la imagen), han señalado que los términos de esta nueva licitación son menos atractivos que los anteriores. Su presidente, Josef El-Raghy, confirmó a Reuters que no van a concurrir a la licitación.
Como ya publicamos en oroinformacion.es, las condiciones de la licitación incluyen un royalty del 6%, compartir la producción al 50% con el Gobierno egipcio y diversos costes por adelantado, incluyendo una tasa de un millón de euros.
“El royalty del 6% es uno de los más altos a nivel global. Además, el porcentaje de la producción, los costes de recuperación y los diversos bonus que la EMRA ha impuesto suponen un entorno muy poco comercial en el que ningún inversor va a estar interesado. Combinados, los términos propuestos han creado una tasa minera que es la más alta que se ha registrado a nivel global”, señaló Raghy a Reuters.
Desde diversas compañías mineras se había pedido al Gobierno egipcio que renunciara a su modelo de acuerdos basados en compartir la producción, que habían despertado muy poco interés entre los inversores en anteriores procesos de licitación, en favor de un modelo basado en royalties y un régimen de tasas que son más habituales en las operaciones mineras a nivel mundial.
De todas formas, Centamin no cierra la puerta a futuras operaciones con el Gobierno egipcio, siempre y cuando se modernice la legislación sobre minería en el país. “Egipto necesita una ley minera moderna y competitiva que permita que se establezcan más minas como de la Sukari, que supuso 1.000 millones de dólares de inversión y actualmente emplea de forma directa e indirecta a más de 5.000 trabajadores”, apunto el presidente de Centamin.
Por su parte, desde EMRA señalaron a Reuters que “el potencial de la minería egipcia hará que, en el plazo de 10 años, el país esté entre los mayores productores mundiales de oro, basado en el nivel de reservas y los conocimientos que tenemos”.
El caso es que, en las condiciones actuales, la licitación abierta este mes de enero podría quedar en manos de pequeñas compañías que no realicen inversiones significativas en los terrenos adjudicados, como ocurrió con las licitaciones de 2006 y 2008.