La mina de Pascua-Lama, situada en la frontera entre Chile y Argentina, y explotada por la compañía canadiense Barrick Gold, tendrá que cerrarse por orden de la autoridad medioambiental de Chile, que ha sancionado además a la compañía con 11,5 millones de dólares.
La resolución de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) de Chile es el resultado de sendos procedimientos sancionadores, iniciados en 2013 y 2015, acumulados en un único expediente. Según éste, el cierre y la multa económica de 6.973 millones de pesos chilenos (unos 11,5 millones de dólares) responde a los “múltiples incumplimientos relativos a descargas de aguas ácidas, destrucción de flora, monitoreos incompletos tanto sobre variables ambientales como sociales y daño ambiental provocado en zonas de vegas altoandinas, entre otros”.
Según el superintendente Cristian Franz, la naturaleza y la magnitud de los incumplimientos por parte de Barrick Gold (la primera minera de oro del mundo) hacen que el cierre de la mina y la multa económica sean la sanción más proporcionada en este caso.
En total, el expediente describe 33 incumplimientos, cinco de los cuales acarrean la sanción de cierre total de las operaciones. Entre estos cinco se encuentran la insuficiente monitorización de los glaciares cercanos por parte de Barrick o el vertido de ácidos en un río.
Por su parte, Barrick Gold ha aclarado en un comunicado de prensa que la sanción forma parte de un proceso de reevaluación llevado a cabo por la Superintendencia del Medio Ambiente en 2014 y que incluye una reducción de la sanción administrativa que le fue impuesta en 2013, desde los 16 millones de dólares a aproximadamente 11,5.
Además, la compañía canadiense subraya que la sanción no incluye la retirada del permiso medioambiental, sino que solo supone el cierre de las instalaciones en superficie de la parte de la mina situada en territorio chileno, además de ciertas actividades de monitorización.
Según el comunicado de la compañía, la orden de la SMA es compatible con el plan de avanzar en la elaboración de un estudio sobre la posibilidad de implantar una explotación subterránea en Pascua-Lama, que reducirá el impacto medioambiental de la mina en el territorio circundante, y para la que ya se están realizando los estudios preliminares.
La explotación, que se asienta a ambos lados de la frontera entre Chile y Argentina, se encuentra detenida desde 2013, cuando un tribunal ordenó suspender las operaciones debido a cuestiones medioambientales. A finales de ese mismo año, Barrick arrinconó el proyecto, debido al crecimiento de costes y la bajada de los precios del oro y la plata.
Tres años más tarde, en 2016, la compañía reformó completamente el proyecto, abandonando los planes de abrir una mina a cielo abierto y comenzando a planificar la explotación subterránea.
Desde Argentina se ha acogido muy favorablemente el proyecto. Aunque solo una quinta parte del yacimiento se encuentra en territorio de este país, la mayoría de las instalaciones en superficie se construirían en suelo argentino.
Se estima que cuando comience la explotación efectiva, la mina de Pascua-Lama producirá entre 800.000 y 850.000 onzas de oro (25 a 26,7 Tm) y alrededor de 35 millones de onzas de plata (1.088 Tm) en los cinco primeros años de actividad. La mina tiene una vida efectiva prevista de alrededor de 25 años.