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China acumula unas 19.500 toneladas de oro

Desde el año 2000, China comenzó a acumular reservas de oro de forma estratégica, sin que hasta el momento haya trascendido la cantidad de metal acumulada, dada la tradicional opacidad informativa que caracteriza a este país, y más en un mercado de por sí poco transparente como es el del oro.

Sin embargo, Koos Jansen, analista de metales preciosos de BullionStar, que ha estudiado el mercado chino del oro durante años, afirma en su último artículo que las reservas de oro de China se elevan a 19.500 toneladas, a finales de enero de 2017.

Se trata de la cantidad total, que engloba tanto las reservas oficiales del Banco del Pueblo (que Jansen calcula en 4.000 toneladas, aunque la cantidad declarada al Consejo Mundial del Oro es de apenas 1.842,6), más 15.500 toneladas que se calcula que están en manos de los ciudadanos y empresas. Una cifra que se ha disparado desde 2000, cuando apenas contaban con 4.000 toneladas en total.

Según Jansen, esta acumulación de oro comenzó en 2002, como un valor refugio, y se amplió en 2004 a los ciudadanos, con una política que animaba a los ciudadanos a comprar oro.

Estas cifras convierten a China en el segundo mayor poseedor mundial de oro, solo por detrás de la India, cuyos ciudadanos acumulan más de 20.000 toneladas de oro en joyas, lingotes y monedas.

Una parte de este oro procede de sus propias minas, que comenzaron a explotarse en los años 70, cuando China comenzó a necesitar reservas extranjeras y fomentó la minería de oro. Jansen calcula la cifra de minas en China en unas 600, que produjeron alrededor de 490 toneladas de oro en 2015, situando al país a la cabeza de la clasificación mundial de mayores productores de oro, por delante de Australia.

En cuanto a las importaciones, las estimaciones del analista apuntan a que China importó unas 1.300 toneladas de oro en 2016, en su mayor parte a través de Hong Kong, pero también directamente, desde Suiza y el Reino Unido.

Según Jansen, “la demanda asiática es muy elevada cuando los precios bajan. En cambio, la demanda occidental es mayor cuando los precios suben. Cuando cayó el precio del oro en abril de 2013, se exportaron grandes cantidades de oro desde Occidente a China, en su mayor parte desde el Reino Unido”.

El oro que llega a China se vende en la Sanghai Gold Exchange (SGE), que también controla el suministro de oro al contado y el procedente de la minería doméstica. Sin embargo, este oro no suele llegar al banco central, sino a los ciudadanos y las empresas. La demanda privada incluye la de ciudadanos que quieren diversificar sus activos o inversores institucionales, como fondos de pensiones, además del oro que se vende a las empresas de joyería para que lo revendan.

Según Jansen, la razones que impulsan a los ciudadanos y las empresas a comprar oro son las mismas: salir del renminbi (la divisa china), diversificar activos y buscar protección.

En cuanto al Banco del Pueblo, el banco central, sus adquisiciones no figuran en las estadísticas oficiales de importaciones y se mantienen en riguroso secreto. Según Jansen, China cuenta incluso con una división especial del Ejército que se dedica al traslado de oro, incluso internacional. El banco central también recurre a los bancos comerciales chinos para que compren oro en su nombre en mercados como Suiza o Sudáfrica y lo trasladen en secreto a China.

Por ejemplo: las reservas totales del London Bullion Market Association (LBMA) se redujeron en 2.750 toneladas entre 2011 y 2015, aunque las exportaciones netas solo fueron de 1.000 toneladas. “Lo más probable -apunta Jansen- es que las 1.750 toneladas restantes acabaran en las reservas oficiales de China”.

¿Para qué necesita China tanto oro? Según Jansen, para internacionalizar el renmibi: si existen suficientes reservas que lo respalden, se puede convertir en una divisa confiable. Al fin y al cabo, el que tiene el oro escribe las reglas.

Ése es también el motive por el que China no deja que salga de sus fronteras ni una onza de oro o plata una vez que han entrado: “Occidente ha estado vendiendo oro a un agujero negro”, concluye.

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