El volumen de paladio procedente de Rusia que importó China durante el pasado mes de junio supuso una cifra récord, superando en un 186% la cantidad registrada en el mes de mayo.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia a finales del pasado febrero y las consiguientes sanciones impuestas por los países occidentales despertaron la preocupación por el futuro del mercado de metales preciosos, en especial del paladio. No en vano, Rusia es, con diferencia, el mayor productor mundial de este metal precioso, clave para industrias como la automovilística, acaparando el 40% del total de la producción mundial.
Las sanciones económicas han privado a Rusia de buena parte de sus importadores de paladio, que han buscado fuentes de suministro alternativas en otros países. Sin embargo, el país se ha encontrado con un cliente inesperado que puede compensar la pérdida de otros: se trata de China, cuyas importaciones de paladio ruso ascendieron en junio a 75.733 onzas (2,35 Tm), un 186% más que la cantidad adquirida en mayo.
En marzo pasado, la guerra en Ucrania provocó que el precio del paladio se disparara hasta su máximo histórico, los 3.165,38 dólares la onza. Desde entonces, su precio se ha reducido considerablemente y cotiza en estos momentos en torno a los 1.900 dólares la onza, un 40% menos.
El mercado internacional temía que Rusia aprovechara su posición dominante como productor de paladio para vengarse de las sanciones, limitando su oferta y provocando una subida del precio del metal y, por tanto, de sus ingresos como exportador.
De ahí que compañías mineras del sector, como Amplats, alertasen a los inversores sobre la necesidad de reducir la dependencia de la industria automovilística respecto del paladio, aumentando la sustitución por platino.
El objetivo es que, en el plazo de cuatro o cinco años, se logre sustituir un millón de onzas de paladio (31,10 Tm) por platino.