La demanda de oro creció en 2017 impulsada por los dos principales mercados asiáticos, que ocupan los dos primeros puestos entre los mayores consumidores de oro del mundo: China y la India.
La demanda de oro físico de inversión creció en China en los nueve primeros meses de 2017, mientras que en los Estados Unidos el interés de los inversores por el metal se ha visto relegado por las criptomonedas y por el boyante mercado de capitales.
Según apuntan desde ZeroHedge, los ciudadanos chinos compraron más lingotes y monedas de oro entre el primer y el tercer trimestre de 2017 que en el mismo periodo de 2013, año en el que se produjo una compra masiva vinculada a la caída del precio del oro. Y ello, a pesar de que el Índice Hang Seng de la Bolsa de China superó a lo largo del año pasado el rendimiento del Dow Jones estadounidense.
La demanda de lingotes y monedas de oro por parte de China subió hasta las 233 toneladas en los nueve primeros meses de 2017, en comparación con las 162 toneladas registradas en el mismo periodo de 2016, según los datos del Consejo Mundial del Oro.
Si se incluye la demanda de lingotes y monedas de oro por parte de la India, entre las dos potencias asiáticas acaparan 338 toneladas, casi la mitad (el 47%) del total de oro físico de inversión (715 toneladas) vendido entre enero y septiembre del año pasado.
Tras China y la India, el tercer mayor consumidor de oro de inversión fue Alemania, con 81 toneladas de lingotes y monedas de oro, seguido por Tailandia (49 Tm), Turquía (47 Tm), Suiza (31 Tm) y los Estados Unidos (30 Tm).
Solo la demanda de China equivale casi a la de estos cinco países, que también han presentado cambios importantes en su demanda de oro de inversión, comparando las cifras con las del año anterior. Por ejemplo, Turquía casi duplicó el volumen de lingotes y monedas de oro adquiridos, pasando de 24 toneladas en 2016 a 47 en 2017.
En cambio, Estados Unidos siguió el camino opuesto, ya que su demanda cayó desde 66 toneladas entre enero y septiembre de 2016 a apenas 30 toneladas en el mismo periodo de 2017.
Una caída que viene dada por el mayor interés de los inversores estadounidenses por otros activos con mayor rentabilidad a corto plazo, al menos en 2017, como las criptomonedas o los mercados bursátiles. Mientras el oro se revalorizó un 13,5% durante el pasado año, el Índice Dow Jones lo hizo en 6.000 puntos, aproximadamente un 30%. Y las ventas de lingotes y monedas en EEUU se redujeron en un 55%.
Por su parte, las criptomonedas, con revalorizaciones superiores al 1.000%, también ejercieron un importante atractivo para muchos inversores.
Como subrayan en ZeroHedge, resulta curioso observar cómo, mientras el Dow Jones se revalorizaba un 30% y las ventas de lingotes y monedas en EEUU caían un 55%, en China el Índice Hang Seng subía más que su homólogo, un 43%, pero la venta de oro físico se disparaba un 44%.
Según algunos analistas, ello se debe a la prohibición por parte del Gobierno de China de la negociación en los mercados de criptomonedas. Sin embargo, esta prohibición no se produjo hasta el último trimestre de 2017, cuando las ventas de lingotes y monedas ya habían registrado un crecimiento del 44%.
Habrá que esperar a las cifras de cierre de 2017 y a las primeras cifras provisionales de 2018 para ver cuáles son las tendencias en el mercado de los metales preciosos.