La llamada “minería espacial” es algo más que ciencia ficción. Diversas compañías de varios países llevan tiempo investigando las posibilidades y los métodos para explotar comercialmente cuerpos celestes como los asteroides, para extraer el rico contenido en metales preciosos que albergan en su interior. Ahora, un equipo de científicos australianos asegura que la minería de asteroides podría ser una realidad más cercana de lo que se piensa.
Según informa el portal de noticias australiano 10daily, un equipo de investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) está perfeccionando una nueva técnica de extracción de minerales y metales en gravedad cero, que podría resultar clave para iniciar la explotación comercial de cuerpos celestes como los asteroides en busca de metales preciosos.
El quipo, dirigido por el profesor Volker Hessel, está perfeccionando un método de extracción mediante flujo continuo que resulta más rápido que cualquiera de los procesos actuales y que podría ayudar a obtener metales como el platino o el cobalto de los asteroides.
En realidad, se trata de una nueva aplicación de una tecnología ya existente, que lleva alrededor de una década utilizándose en la industria farmacéutica, aunque hasta ahora no se había planteado su uso en el ámbito de la minería.
La técnica se sirve de la combinación de una reacción química y la temperatura para obligar a los minerales a moverse en un flujo continuo, para posteriormente ir separando los fragmentos de metal de los desechos por medio de un disolvente.
Este método permitiría a los “mineros espaciales” concentrarse en ciertos metales contenidos en los asteroides, con una gran precisión, algo imprescindible si se quiere extraer un determinado mineral de una roca gigantesca que viaja a gran velocidad por el espacio y cuya composición geológica es muy diferente a la de la Tierra.
La carrera minera espacial
La explotación comercial de los metales preciosos contenidos en determinados cuerpos celestes es una industria que lleva varios años en desarrollo, con un buen número de compañías privadas en pleno proceso de investigación tecnológica para lograr sus objetivos.
Como señalan desde 10daily, el Reino Unido cuenta con Asteroid Mining Corporation; Japón tiene a ispace; Luxemburgo cuenta con Kleos Space; y los Estados Unidos, con Planetary Resources.
Por su parte, el equipo de científicos de la Universidad de Adelaida está trabajando con una empresa de reciente creación, Space Tango, con sede en Kentucky (EEUU), centrada en la investigación y fabricación de equipos para trabajar en condiciones de escasa o nula gravedad.
Según el profesor Hessel, aunque la posibilidad de extraer minerales de un asteroide suene a ciencia ficción, lo cierto es que algunos de ellos se encuentran más cercanos a la Tierra que la distancia existente entre las ciudades australianas de Adelaida y Alice Springs (1.330 Km en línea recta).
“Los avances que se han producido en la exploración del espacio permiten que estos cuerpos celestes, que contienen níquel, cobalto y platino, además de agua y materia orgánica, se encuentren ahora mismo a nuestro alcance”, afirma Hessel.
De hecho, se calcula que hay unos 17.000 de ellos orbitando nuestro planeta a una distancia asequible para la tecnología que se va a desarrollar en los próximos años. Según las muestras recogidas de fragmentos de algunos de estos asteroides que han caído en la Tierra, un pequeño porcentaje de ellos (alrededor del 4%) registran concentraciones muy altas de metales como el platino y el oro.
La tecnología actual permite a los científicos averiguar la composición mineral de un asteroide utilizando un espectrógrafo, que analiza la luz del Sol reflejada en su superficie.
Aunque todavía no se ha logrado extraer una muestra de un asteroide en plena órbita, la sonda espacial OSIRIS-REx, de la NASA, regresará a la Tierra en 2023 con una muestra recogida en el asteroide Bennu.
En opinión del profesor Volker Hessel, “la explotación de la riqueza que contienen los asteroides solo se convertirá en realidad cuando se unan una serie de elementos disruptivos y sea viable tanto desde el punto de vista técnico como desde el económico”.
En cuanto a la viabilidad económica, el profesor Martin Elvis, astrofísico de la Universidad de Harvard, considera que para que resulte rentable explotar la riqueza mineral de un asteroide, ésta debe tener un valor de mercado de al menos 1.000 millones de dólares.
Ello reduciría la lista de asteroides disponibles a una distancia adecuada a apenas una decena. Tan solo uno de ellos podría contener mayor cantidad de oro, platino o cobre de la que existe en todo nuestro planeta.
Aunque de momento sea solo una teoría, el profesor Hessel cree que en el plazo de diez años podrá considerarse una fuente viable de minerales.
No opinan lo mismo, sin embargo, otros investigadores británicos que, en un reciente artículo publicado por The Guardian, alertan del riesgo que corre la Humanidad si se lanza a la explotación de los minerales que contienen los cuerpos celestes.