Tradicionalmente se asocia la profusión de joyas de oro con las bodas en la India, donde la temporada de estas celebraciones suele coincidir con la época de mayor demanda del año. Sin embargo, esta tradición sigue presente en otros países, como Turquía. Hasta tal punto, que la tribu Metina se ha visto obligada a reformar la tradición para evitar que se disparen los gastos en oro a los que se enfrentan los novios.
Según explican desde el periódico digital turco Daily Sabah, las bodas en Turquía constituyen una ocasión para mostrar la riqueza de las familias de los contrayentes, especialmente en las regiones del este y sudeste del país.
Sin embargo, la escalada que ha experimentado el precio del oro en los últimos años y el cambio en el panorama económico supone una preocupación para las parejas que proyectan casarse.
Ello ha obligado a algunos patriarcas de la tribu Metina, que agrupa a más de un millón de ciudadanos turcos, a tomar medidas para reducir el impacto económico de las bodas en las familias.
Tras escuchar las quejas de sus miembros más jóvenes, la tribu decidió establecer unos límites en la costumbre ancestral de que el novio se encargara de regalar a la novia las joyas que luciría. Los ancianos de la tribu han decidido que los novios cumplirán con la tradición regalando solo cinco pulseras, dos anillos y unos pendientes, todo ello de oro.
Con esta decisión, la tribu Metina quiere erradicar la práctica de muchas parejas jóvenes que huían para evitar casarse y tener que afrontar los excesivos gastos, lo que frecuentemente ocasionaba enfrentamientos entre las familias de los novios, que consideraban que se había mancillado su honor.
Aydin Pirinççioglu, portavoz de Metina-Der, una asociación que agrupa a los miembros de la tribu, señaló que quieren transmitir esta iniciativa a otras tribus de la región: “somos una familia muy grande, extendida por toda Turquía, y contamos con cerca de 100.000 miembros solo en la provincia de Diyarbakir. Nuestra asociación se las ha arreglado para acabar con las disputas entre las familias desde hace cuatro años. Los problemas económicos generados por las demandas de joyas por parte de las familias de las novias han desesperado a muchos jóvenes. Entregar tu amor al otro es mucho más importante que regalar joyas”.
Según Yusuf Durmaz, predicador y miembro de la tribu Metina, los ancianos decidieron reunirse para debatir sobre este acuciante problema: “en un momento en que el precio del oro es muy alto, hay muchas personas que no pueden permitirse los gatos de una boda. Por eso hemos decidido establecer un límite que sea asequible para todos y esperamos que esto contribuya a acabar con las hostilidades entre las familias. Es lo que nos pide el profeta Mahoma cuando dice que el matrimonio más bendecido será el que menos cueste”.
En opinión de Nuri Agaç, dueño de una joyería en Diyarbakir, la decisión de la tribu será positiva para los jóvenes novios, pero mala para su negocio: “a partir de ahora, se gastarán alrededor de 70.000 liras turcas (unos 9.000 dólares) en pulseras, pendientes y anillos. Hasta ahora podían gastarse hasta 300.000 liras (38.600 dólares)”.