Los gestores del Banco de la República, el banco central de Colombia, deben estar lamentando su decisión de desprenderse de más de dos tercios de sus reservas de oro el pasado mes de junio, apenas unas semanas antes de que el precio del oro registrase su máximo histórico, superando el alcanzado en septiembre de 2011 y llegando por encima de los 2.050 dólares la onza.
Según ha informado el Banco de la República, banco central de Colombia, el país vendió dos tercios de sus reservas de oro el pasado mes de junio, un 67% en concreto, por valor de 1,8 billones de pesos (475 millones de dólares).
Los últimos datos publicados por el Consejo Mundial del Oro (que reflejan la situación de las reservas de los bancos centrales con dos meses de retraso) a primeros de agosto atribuyen a Colombia unas reservas de 4,1 toneladas de oro, que representan el 0,4% de sus reservas estratégicas.
Esta cifra es un 68,46% inferior a las 13 toneladas con que contaba un mes antes, en el listado de julio (correspondiente a la situación de finales de mayo) y que representaban un 1,3% sobre el total de reservas.
Este porcentaje de oro sobre el total de reservas estratégicas es muy inferior en Colombia en comparación con muchos de sus países vecinos. Así, el oro representa el 77% de las reservas de Venezuela; el 42% de las de Bolivia; el 9% de las de Argentina; el 4% de las de México; el 3% de las de Perú o el 1% de las de Brasil.
Pese a la estrecha relación que históricamente ha tenido el país con el metal dorado (los conquistadores españoles ubicaban en Colombia el mítico lugar de El Dorado, en la Laguna del Cacique Guatavita, cerca de Bogotá), la mayor parte de las reservas estratégicas del Banco de la República consisten en bonos del Tesoro estadounidense.
Según el propio banco, los rendimientos de estos bonos le han procurado un beneficio de 1.600 millones de dólares durante el primer semestre de 2020.
Sin embargo, la gestión realizada con las reservas de oro no dejará tan satisfechos a los gestores del banco central colombiano, ya que en el momento de la venta, el pasado mes de junio, el precio del oro promedió los 1.736 dólares la onza.
En cambio, poco más de un mes después, entre finales de julio y principios de agosto, el precio del oro se disparó hasta un máximo histórico de 2.075 dólares la onza. En el momento de escribir estas líneas, el precio ronda los 1.930 dólares la onza.
Teniendo en cuenta que el Banco de la República vendió 8,9 toneladas de oro, por las que obtuvo 475 millones de dólares, los cálculos apuntan a que el precio de venta fue de 1.659,84 dólares la onza.
Si se hubiera vendido el oro al precio máximo que el metal alcanzó pocas semanas después (2.075 dólares la onza), el beneficio obtenido por el banco central colombiano habría sido de casi 594 millones de dólares, 119 millones más de los ingresados.
Incluso a un precio algo inferior como es el actual (1.930 dólares la onza), la cantidad obtenida por el oro habría sido de 552 millones de dólares, 77 millones más.
Según el Banco de la República, la venta del oro se debió a un “ejercicio de optimización”, según el cual la entidad monitoriza los tipos de interés y la volatilidad de los activos para determinar la composición de sus reservas estratégicas.
Ahora, los responsables del banco deberán analizar si esta optimización ha sido positiva para las cuentas de la entidad, a tenor de las cifras que han dejado de ingresar por no esperar a vender el oro en un momento más propicio.
Otros bancos centrales, como el Banco de España, también han protagonizado sonoros fiascos, al vender una buena parte de sus reservas de oro en un momento en que el precio del metal estaba muy bajo, y dejar de aprovechar subidas que se produjeron muy poco después.
Por su parte, Gordon Brown, primer ministro británico entre 2007 y 2010, protagonizó también una controvertida decisión, al vender más de la mitad de las reservas de oro del Reino Unido en un momento en que el metal estaba a apenas 275 dólares la onza.