El oro ha sido, desde hace miles de años, fiel compañero del hombre, como elemento decorativo, símbolo de realeza o distinción, dinero, riqueza y activo de inversión. Se trata de un metal que nunca ha perdido su valor, pese a las fluctuaciones del mercado, y que es universalmente reconocido y apreciado, y, por tanto, fácil de vender.
Como inversión, una de sus principales virtudes es que se trata de un activo que se revaloriza constantemente, especialmente en situaciones en las que reina la volatilidad en los mercados de capitales o la crisis se cierne sobre la economía.
En un artículo publicado por la prestigiosa revista británica Business Matters destacan la importancia de que los inversores conozcan los pormenores de la inversión en oro para poder tomar una decisión con conocimiento.
Por ello, han aclarado cuatro aspectos sobre la inversión en el metal precioso.
1.- Cuidado con los vendedores insistentes.
Los expertos de Business Matters aconsejan al inversor que desconfíe de los vendedores demasiado insistentes y se aleje de ellos: “invertir en oro es una decisión muy importante que no se puede tomar de forma precipitada. Asimismo, al tratarse de una oportunidad de inversión tan atractiva, es seguro que se encontrará con tácticas de venta de alta presión e incluso con fraudes”.
Un buen vendedor debe evitar que el inversor se sienta presionado a la hora de tomar la decisión.
2.- Oro vs. acciones.
Si el cliente ya está familiarizado con los mercados de capitales y suele invertir en bolsa, puede que se sienta más cómodo invirtiendo en acciones de oro o en oro digital. Sin embargo, debe ser consciente de que el oro digital es una forma intangible de invertir en el metal precioso, a diferencia del oro físico, en forma de lingotes, monedas o joyas.
Según Business Matters, “cuando invierte en acciones de oro, podría estar invirtiendo en una empresa minera de oro centrada en la producción de oro. Pero, en realidad, no está invirtiendo en oro en sí mismo. El valor de sus acciones y el beneficio que obtendrá dependerán del rendimiento de esa empresa aurífera”.
3.- Los riesgos e inconvenientes de invertir en oro también existen.
Al igual que otros activos de inversión, el oro también cuenta con inconvenientes y riesgos que el inversor debe conocer antes de decidirse.
Por ejemplo, existen costes asociados al almacenamiento y al seguro, especialmente si se invierte en oro físico. Además, éste solo le reportará beneficios cuando lo venda y, en función de la disponibilidad de compradores y del estado actual de la economía, puede llevar bastante tiempo venderlo. En cambio, la inversión en acciones puede reportar un dividendo trimestral si la empresa tiene un buen rendimiento.
Liquidar el oro también puede ser un proceso largo y costoso. En este caso, lo recomendable es hacerlo por medio de un distribuidor de confianza.
4.- No hay ninguna inversión exenta de riesgo.
Aunque una de las características de la inversión en oro es su riesgo moderado, conviene tener en cuenta que no existe ninguna inversión que esté completamente exenta de riesgos.
El artículo recuerda la regla básica de las inversiones: cuanto mayores sean los beneficios, mayores serán los riesgos.
Como conclusión, desde Business Matters señalan que “invertir en oro es algo más que los posibles beneficios que se van a obtener con él. Más bien, también incluye la posibilidad de fortalecer sus activos y diversificarlos, de modo que los inversores no solo están colocando su dinero duramente ganado en reservas relacionadas con el efectivo. Con la información anterior, ahora debería sentirse más seguro de que invertir en oro es, de hecho, una de las mejores decisiones que podría tomar para sus finanzas”.