A la hora de comprar metales preciosos en formato físico, lingotes o monedas, los fabricantes cargan una prima sobre el precio de mercado del metal, para compensar los costes en que incurren a la hora de fabricar el lingote o acuñar la moneda, envasarlo, distribuirlo… Sin embargo, en ocasiones los vendedores aducen la existencia de supuestos problemas de suministro para justificar la subida de estos costes.
La alerta la ha lanzado el experto en metales preciosos Lawrie Williams, desde su blog en Sharps Pixley, donde señala que “la plata suele mostrar una mayor volatilidad en su precio que el oro, aunque tiende a moverse hacia arriba y abajo al mismo tiempo que éste, de forma más exagerada. Suele haber discusiones entre los analistas en torno a los factores relacionados con el suministro y la demanda, y el precio del metal suele moverse según qué argumento sea generalmente aceptado”.
Williams subraya que, en la actualidad, la mayor parte de los analistas hablan de una gran escasez de suministro en el mercado de la plata, lo que obliga a los comerciantes a cargar importantes primas incluso en las piezas más grandes, como los lingotes de 100 onzas (3,11 kilos). Sin embargo, otros no están de acuerdo y sostienen que las primas en lingotes de este tamaño deberían estar entre el 2 y el 3%.
Según Jeff Christian, de CPM Group, se suelen aplicar primas mayores cuanto más pequeña es la pieza, por lo que los lingotes y monedas de una onza tienen mayores sobrecostes.
Por ejemplo, en los American Eagles de plata de la United States Mint, las primas suelen rondar el 10-15%, pero en momentos de especial demanda de estas monedas por parte de los inversores, o en ocasiones en que se producen interrupciones en la producción de las mismas, estas primas pueden aumentar de forma espectacular.
No se trata de que no haya suficiente plata como para fabricar las monedas, sino que más bien es una cuestión del proceso de fabricación o incluso de la forma en que gestionan su producción las refinerías y casas de la moneda.
En el gráfico adjunto, también de CPM Group, se puede ver la volatilidad existente en las primas de los productos de plata, especialmente de los bullion American Eagle. En 2020 se aprecia una importante subida de las primas, debida a que el aumento de la demanda de los inversores coincidió con el cierre temporal de las refinerías y casas de la moneda, que cuando abrieron de nuevo, funcionaron a un tercio de su capacidad de producción.
Un nuevo pico en las primas de la plata se registró hace unos meses, cuando el ataque de los inversores a corto plazo provocó dificultades entre los comerciantes para satisfacer semejante aumento de la demanda.
Como señala Williams, “el gráfico de CPM muestra que, cuando han aumentado las primas sobre los productos de plata, estas subidas no han sido de larga duración y las primas han vuelto enseguida a la normalidad”. Por eso, desde Sharps Pixley recomiendan a los inversores que, en caso de que las primas estén disparadas cuando se disponen a comprar plata, retrasen sus compras hasta que éstas hayan descendido hasta niveles más normales.
En cuanto a las previsiones sobre el precio de la plata, Williams apunta que, dada la propensión de este metal a seguir los pasos del oro, es bastante posible que el precio suba hasta los 26 dólares la onza en próximos días y se mantenga ahí durante bastante tiempo.