Ha llamado poderosamente la atención en la Redacción de «Oroinformación» la noticia lanzada por un conocido distribuidor británico de monedas un tanto “peculiares”, por los motivos reproducidos y por los supuestos países emisores como Niue, Palau y demás archipiélagos esparcidos por el Pacífico. La novedad hace referencia a Nueva Zelanda y su primogénito bullion acuñado en plata dedicado al Pingüino Crestado de Chatham. Interesante noticia para inversores y coleccionistas, salvo que el país ubicado en el suroeste del océano Pacífico, cuyos habitantes son denominados “kiwis”, no cuenta con Casa de Moneda estatal propia. Por tanto la pieza metálica no puede conceptuarse como bullion o moneda de inversión oficial.
La información que aporta la firma distribuidora británica AgAuNews hace referencia a New Zealand Mint, empresa privada ubicada en Auckland, capital neozelandesa, que compra oro y plata en fuentes internacionales para producir “monedas conmemorativas” o de colección dedicadas a temas como “Harry Potter”, “Superhéroes”, “Star Wars” o “Star Trek”.
Por su parte, todos los años, la empresa New Zealand Post, compañía también privada dedicada básicamente al transporte postal, lanza una moneda que conmemora uno de los animales extintos de Aotearoa, nombre maorí de Nueva Zelanda. En esta ocasión, la pieza anual ha sido dedicada al Pingüino Crestado de la isla de Chatham recientemente descubierto, una especie única que existió en este archipiélago remoto hasta hace solo unos cientos de años.
Las monedas han sido fabricadas a nombre de Nueva Zelanda, de tal manera que obtienen así un pasaporte “oficial” y legal de circulación, con valor nominal en dólares neozelandeses.
El supuesto bullion ha sido acuñado en plata de 999 milésimas, en 1 onza de peso (31,10 gramos), diámetro de 40 milímetros, calidad BU (Brillante sin circular) y tirada de 25.000 ejemplares, diseñados por el artista neozelandés Dave Burke.
El anverso reproduce la efigie habitual de la reina Isabel II, como jefe de la Commonwealth, en la vieja versión de Ian Rank Broadley.
Mientras que el reverso, ofrece un animal que rara vez se ve en este género, y combina perfectamente el tema con algo de simbolismo maorí en el fondo. La representación de los pingüinos está muy bien hecha.
Las investigaciones de “Oroinformación” han llevado hasta la compañía de acuñaciones privada alemana Kunstprägeanstalt GmbH de BH Mayer.
Pingüino de la isla de Chatam
También llamado pingüino Chatham por las islas al este de Nueva Zelanda donde vivían, Eudyptes warhami era una especie de pingüinos con cresta que se extinguió hace unos cinco siglos. Esto se debió a que tuvieron la desafortunada suerte de ser descubiertos por los humanos, en este caso los polinesios, quienes aparentemente perdieron poco tiempo en eliminarlos.
Las Islas Chatham tienen muchas pruebas de la existencia de aves, con huesos subfósiles de varias especies que se encuentran regularmente. Los pingüinos crestados todavía están presentes en las islas, pero no fue sino hasta mediados de los 90 que algunos se notaron como diferentes a las colonias existentes. Finalmente, en 2019, el análisis de ADN de los huesos confirmó que se trataba de una especie no descrita anteriormente, y se llamó E. Warhami por un investigador pionero en biología de pingüinos, John Warham.
El pájaro era una de las especies de pingüinos con cresta más grandes conocidas, de tamaño similar a un pingüino real. No fue la única especie que sufrió el mismo destino en este momento, con el pingüino enano de ojos amarillos también siguiendo el camino del Dodo.
Curioso animal que no ha de empañar la visión de inversores hacia los bullion, a cuya “especie”, desde luego, no pertenece esta pieza metálica, aunque haya sido acuñada en plata y con el peso y características propias de las monedas de inversión.