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Desenterradas en Inglaterra dos monedas de oro muy raras de la época de la Peste Negra

Monedas de oro encontradas en Inglaterra

Un aficionado a la búsqueda de restos arqueológicos con detector de metales ha desenterrado, en el condado inglés de Norfolk, dos monedas de oro que los expertos consideran como muy raras y que datan de la época en la que el Reino Unido se vio asolado por la ‘Peste Negra’, en 1348, bajo el reinado de Eduardo III.

Como informa la BBC, las piezas fueron desenterradas cerca de la localidad de Reepham, en el condado de Norfolk, en octubre de 2019, pero el hallazgo se ha conocido en estos días y se encuentra pendiente de su declaración oficial como tesoro por parte del juez.

Se trata de dos monedas de oro muy raras, que datan del reinado de Eduardo III, cuando Inglaterra se vio afectada por la epidemia de peste bubónica que pasó a la historia con el nombre de la ‘Peste Negra’.

La más valiosa de las dos es un leopardo de oro de 23 quilates (96% de pureza). La rareza de esta pieza se debe a que, como explica Helen Geake, oficial de enlace encargada de los descubrimientos de tesoros, fue retirada de la circulación apenas unos meses después de ser acuñada, en 1344, por lo que apenas ha llegado algún ejemplar hasta nuestros días.

Hay que aclarar que, en el siglo XIV, los europeos no conocían a los leopardos. Este nombre designa, en heráldica, a un león caminando, con la cara vuelta hacia el espectador, a diferencia del león como tal, al que habitualmente se le representa erguido sobre sus patas traseras (rampante).

Leopardo y noble de oro de Eduardo III hallados en Inglaterra

A unos metros de esta pieza se encontró otra, un noble, también acuñado en el reinado de Eduardo III, pero algo posterior (1351-52). Aunque también raro, no alcanza la extremada rareza del leopardo, ya que se han encontrado más piezas similares.

Según las estimaciones, el valor de ambas monedas en el siglo XIV sería el equivalente a unas 12.000 libras esterlinas actuales, por lo que debían pertenecer a un miembro de la clase social más alta. La cercanía de ambos descubrimientos lleva a los investigadores a considerar que pertenecieron a la misma persona quien, probablemente, las perdió o escondió un tesoro del que formaban parte, aproximadamente entre los años 1351 y 1375.

De hecho, es la primera vez que se encuentra un leopardo de oro en compañía de otra moneda. Hasta el momento, solo existían tres ejemplares conocidos de esta moneda en colecciones públicas: dos en el Museo Británico y una en el Museo Ashmolean de Oxford.

Ambas piezas se encontraron dobladas, lo que impide apreciar todos sus detalles. No presentan demasiados signos de deterioro, aparte de algunos arañazos seguramente causados por la actividad agrícola en la zona.

El leopardo tenía un valor de tres chelines, mientras que el noble valía seis chelines y ocho peniques.

El leopardo, una moneda efímera

Como explica la doctora Geake a la BBC, tras la conquista de Inglaterra por los normandos (siglo XI), las únicas monedas circulantes eran los peniques de plata. Aunque el tesoro real se contabilizase en libras, chelines y peniques, en realidad el cono monetario solo se componía de peniques que, a veces, tenían que acarrearse en sacos.

Fue el rey Eduardo III el que decidió reimplantar las primeras monedas de oro en Inglaterra desde la era Anglo-Sajona (años 410 a 1066). Así, a principios de 1344 se acuñaron tres tipos de piezas, conocidas como dobles leopardos o florines; leopardos; y medios leopardos o timones.

Sin embargo, su circulación apenas duró unos meses antes de que se retiraran, debido a que su coste de acuñación era muy elevado y a que suponía sobrevalorar el oro con respecto a la plata.

Por ello, se decidió retirarlas de la circulación y, en julio de 1344, comenzaron a acuñarse los nobles de oro, cuyo valor era de seis chelines y ocho peniques, en un proceso de ajuste monetario que se extendió hasta 1351.

El hecho de haber hallado un leopardo de oro junto a un noble, acuñado casi una década después, permite a los investigadores averiguar que los leopardos permanecieron en circulación durante más tiempo del previsto.

En ello también influyó el hecho de que en 1348 se declarara en Inglaterra la ‘Peste Negra’, una epidemia de peste bubónica que asoló el país y provocó la muerte de un tercio de su población. Es posible que, en estas circunstancias, las autoridades estuvieran menos preocupadas por la retirada de las monedas de oro.

Se calcula que, durante los años de acuñación de los leopardos y sus variantes, y de los nobles, se emitieron alrededor de 30.000 libras esterlinas en monedas de oro. Sin embargo, muy pocas han llegado hasta nuestros días y, las que lo han hecho, han sido aisladas, en vez de formar parte de tesoros que habrían permitido averiguar cuántos años habían estado en circulación.

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