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¿Dividendo o dividiendo: reforma fiscal en contra de los de siempre?

Por parte de nuestro reprobado ministro de Hacienda y Función Pública, se ha ideado una nueva reforma fiscal en la que una de las grandes genialidades es la de hacer pagar por los dividendos cobrados desde el primer céntimo. Quizá piense nuestro ministro que vamos a salvar las cuentas públicas dando esta vuelta de tuerca al denostado contribuyente de a pie, ese que no puede o no sabe disponer de vehículos de inversión reservado a unos poquitos con mucho.

Hay una cosa que me llama curiosamente la atención y es que haciendo unos pocos números me sale lo siguiente: supongamos que hay 3,5 millones de contribuyentes que tienen acciones o fondos que dan dividendos. Supongamos que el importe medio de estos dividendos sea de unos 750 euros al año (la mitad que estaba exenta hasta ahora). Dado que es un rendimiento de capital, y suponiendo que no haya ningún ingreso de este tipo más, supone que habría que pagar el 19%, lo que supone unos 142,50 euros por contribuyente, es decir 498,75 millones de euros. Es una buena cifra, si señor. Sobre un total de 2.625 millones de euros pagados en dividendos, la Hacienda Pública cobra 498,75 millones de euros.

Pero ahora, hago el siguiente cálculo: un señor/familia/empresa tiene constituída por ejemplo, una Sicav. Lo pongo como ejemplo, sin tono negativo, porque para mí, es un vehículo de inversión que sinceramente todavía (será la próxima víctima) presenta muchas ventajas al inversor, tanto institucional como minorista.  El importe mínimo es de 2,4 millones de euros, aunque la media se sitúa entre 5-10 millones de euros. Vamos a suponer que gana un 10% al año (media baja), es decir 750.000 euros y no reparte beneficios entre los partícipes. Este instrumento pagaría 7.500 euros de impuestos.

Hay unas 3.100 Sicavs cotizadas en España, obviamente muchas con importes superiores a los 2,4 millones necesarios. Si hacemos la misma media que antes, de 7 millones de media por cada una, tendríamos unos 21.700 millones de euros gestionados. Volvemos a calcular un 10% de rendimiento, lo que supone 2.170 millones que pagaría 21,70 millones de impuestos.

Comparamos 498,75/2.625 con 21,70/2.170. No hay color.

Vamos ahora con los fondos de inversión. El partícipe que compra y vende participaciones, tributa al 19, 21 ó 23% según tramos, al igual que los dividendos percibidos durante la vida del mismo. El propio fondo tributa al 1%.

Los fondos de inversión especulativos, tipo Hedge Funds por ejemplo, que buscan una rentabilidad absoluta (retorno absoluto), son los causantes en muchos casos de la destrucción de valor de otros fondos, acciones, sicavs, renta fija (por arbitrajes), etc., como hemos podido ver con los ataques a Banco Popular, Abengoa, Telefónica, Liberbank, etc. con las posiciones en corto y muchas de ellas en descubierto.

Estas actividades hacen, junto con el nuevo ataque por parte de Hacienda en lo relativo a la tributación, que además de tener el riesgo de perder el 100% de la inversión, deje de tener atractivo para muchos pequeños inversores/ahorradores, muchos de los cuales tienen acciones procedentes de sus padres y abuelos.

¿Quizá se está dirigiendo de forma coordinada a los ahorradores hacia productos que puedan suponer un mayor control por parte de nuestro «Gran Hermano»? ¿O quizá lo que se busca es derivar a aquellos productos que puedan generar más comisiones o que puedan ser incorporados en los balances de los bancos? No creo que depósitos rozando el cero, junto a comisiones de administración y mantenimiento (se ve que los electrones que conforman los apuntes bancarios necesitan tener junta de vecinos de comunidad y tiene que ser remodelados, para lo cual hay que hacer una derrama), sean muy atractivos a los pequeños ahorradores, aunque claro, se le vende una “seguridad” de 1/6.

Un fondo de inversión, una Sicav, y otros V.I., no pueden formar parte directamente del balance de un banco al ser patrimonios independientes. Una acción es una parte alícuota de una sociedad (eres propietario) y por tanto está en tu balance. Una participación preferente es una deuda de la que tú eres el beneficiario de los intereses, pero sí está en el balance de los emisores como fondos propios.

Se toca todo lo que repercute directamente en el ahorrador/inversor. Es curioso.

Reputados analistas y periodistas de este país han comentado, en otros medios, la notable bajada de los importes declarados en concepto de dividendos desde el 2014 hasta el último ejercicio cerrado, si bien los datos del 2016 no son oficiales al estar recién cerrada la campaña de Renta 2016.

Independientemente de la bajada de los dividendos pagados por menos resultados (crisis), cambio en la política de retribuciones a los accionistas y previsión de éste último despropósito, hemos ido viendo recortar de forma sistemática bonificaciones, reducciones o deducciones en este impuesto y el Isoc, como eliminación de reducción por alquiler, la adquisición de vivienda desde hace unos cuantos años ya y otros cambios normativos que siempre han caído sobre las espaldas del ciudadano medio, con rentas inferiores a 55.000 euros al año, y especialmente los comprendidos entre los 22.500 y los 35.000 euros al año de rentas.

Los expertos que han recomendado esta medida al Ministerio esgrimieron entre otros argumentos el hecho que la exención no aportaba significativamente importes de ahorro al gasto público y que contribuía a favorecer conductas defraudadoras. ¡Manda narices! Vamos a ver alguna de las técnicas defraudatorias y su impacto.

Supongamos que el Sr. López (este ejemplo es real), tiene ahorrados y procedentes de herencias un total de unos 75.000 euros en acciones de Telefónica en valor de hoy (Las acciones se compraron a 27,50 euros/acción de media en su momento). Actualmente el precio de la acción de Telefónica está rondando los 9,04 euros/acción, por lo que venderlas supone asumir unas minusvalías del 66%. Telefónica ha estado hasta ahora, dando dividendos del 4-5% de media, es decir unos 3.000 euros al año. En la cuenta de valores tiene 4 titulares, él, su esposa y 2 hijas, por lo que estos dividendos hasta ahora no han tributado (1.500 euros por titular). El nuevo escenario hace que tribute unos 570 euros por ese mismo dividendo. Se ha levantado nueva economía sumergida.

¿Qué será lo próximo? Mucho me temo que se sacará una tasa por tener un depósito, se aumentarán los tramos de cotización a una media igual que lo que antes no pagaba, como eran los premios de lotería y juegos de azar. El apetito recaudador contra los contribuyentes asimilados a borregos pasivos no tiene límites. Seguramente, aquellos que pagan comisiones en negro para adjudicaciones públicas y para que se mire hacia otro lado en según qué negocios, no van a ser molestados de esta forma.

Estoy dudando entre tomarme un prozac o una copa de vino tinto crianza de Málaga. ¡Pero qué digo…! Está clara la decisión.

 

 

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