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¿Dónde están las reservas de oro de Suecia?

Suecia ocupa el puesto 28 en la lista de países con mayores reservas de oro que publica mensualmente el Consejo Mundial del Oro, con un total de 125,7 toneladas de oro. Sin embargo, como ocurría con Alemania, la mayoría de estas reservas se reparten entre Londres, Canadá, Estados Unidos y Suiza.

Según revela el analista de metales preciosos Ronan Manly en Bullion Star, muy poco se sabe sobre los aproximadamente 10.000 lingotes de oro que componen esas reservas, que están protegidos por diversas leyes de secretos oficiales (en la imagen, lingotes auténticos propiedad del Riksbank).

El depositario de los lingotes es el Banco Central de Suecia, el Riksbank, que es el banco central más antiguo del mundo, fundado en el año 1668, y que es responsable tanto de la administración de la política monetaria de Suecia como de la emisión de la moneda sueca, la corona.

Aunque Suecia es un país miembro de la Unión Europea y el Riksbank pertenece al Sistema Europeo de Bancos Centrales, el país no pertenece a la Eurozona y, por tanto, su banco central no es miembro del Banco Central Europeo. Ello le permite disfrutar de un grado de independencia mayor al de otros bancos centrales, al mismo tiempo que disfruta de la protección que le brinda el hecho de ser miembro del Sistema Europeo de Banco Centrales.

Según explica Manly, el Riksbank reveló por primera vez, en octubre de 2013, los cinco lugares donde se custodiaban las reservas de oro de Suecia, cuatro de ellos fuera del territorio nacional, así como las toneladas y el porcentaje que se guardaba en cada uno de ellos.

La mayor parte, el 48,8% (61,4 toneladas) se encuentra depositado en el Banco de Inglaterra. Otro 33,2% (26,4 toneladas) está en las cámaras acorazadas del Banco de Canadá, en Ottawa. El Banco de la Reserva Federal estadounidense alberga el 10,5% de las reservas suecas (13,2 toneladas), mientras que el 2,2% (2,8 toneladas) se encuentra en el Banco Nacional de Suiza. Solo el 12%, 15,1 toneladas de oro, está físicamente en las instalaciones del propio Riksbank.

Una de las primeras incógnitas que se plantean es el hecho de que la sede del Banco de Canadá en Ottawa ha estado sometida a reformas durante los últimos años, y el edificio se ha vaciado completamente. ¿Dónde han estado durante este tiempo las 26,4 toneladas de oro propiedad de Suecia?

Según Manly, el oro de Suecia, junto con el de Suiza, Holanda y Bélgica, pudo haber sido custodiado en las cámaras acorazadas de la Royal Canadian Mint (la Casa de la Moneda canadiense) durante el tiempo que han durado las obras en el Banco de Canadá. Sin embargo, no hay pruebas ni informaciones de que haya sido así, por lo que se podría plantear la hipótesis, como en el caso de Alemania, de que ese oro ni siquiera existía físicamente, sino solo en forma de apuntes contables.

Respecto al oro que se encuentra en el Banco de la Reserva Federal, como se demostró en el caso de las reservas de oro de Alemania, la opacidad y falta de transparencia con que opera hace imposible que, por ejemplo, un ciudadano sueco pida, en nombre del derecho de información, que se verifique la existencia de esas reservas.

Según la página web del Riksbank, las 125,7 toneladas de oro que componen las reservas de Suecia están divididas en, aproximadamente, unos 10.000 lingotes Good Delivery, de un peso de 12,5 kilos (400 onzas) cada uno.

En su web, el Riksbank señala que “las reservas en oro y divisas extranjeras pueden utilizarse para proveer de liquidez a los bancos en caso de emergencia, para cumplir la parte correspondiente a Suecia en los préstamos internacionales realizados por el Fondo Monetario Internacional y para intervenir en el mercado de divisas, en caso de necesidad”.

Según Manly, el Riksbank está reconociendo que el oro se utiliza de forma activa en las operaciones realizadas por el propio banco central y que no se encuentra inmovilizado en las cámaras acorazadas. Esto implica que, en ocasiones, este oro esté sujeto a títulos o sea prestado a alguien.

Cuando se publicaron los lugares en los que se encuentra depositado el oro de Suecia, la prensa de este país se hizo eco de declaraciones de funcionarios del Riksbank en las que explicaban que la diversificación de lugares respondía históricamente a razones de seguridad, pero que en la actualidad se debía más bien a que esta localización permitía un rápido intercambio del oro por divisas extranjeras. Razón por la cual cerca de la mitad de las reservas de Suecia se encuentran en Londres donde, según Manly, “es donde tienen lugar los préstamos y los swaps sobre el oro”.

En efecto, entre 2008 y 2009, el Banco de Suecia cambio 50 toneladas de oro por dólares, para inyectarlos al sistema financiero del país durante la crisis.

Según declaraciones posteriores de los funcionarios del Riksbank, las reservas de oro utilizadas en esos swaps se repusieron en años posteriores. Es decir, que el Banco de Suecia recuperó las 50 toneladas de oro.

Sin embargo, el analista de Bullion Star se pregunta: “¿esas 50 toneladas de oro recuperadas eran las mismas que se invirtieron en la compra de dólares?”

Aunque desde el Riksbank se afirma que la revelación de los lugares donde las reservas de oro suecas están depositadas forma parte de su política de transparencia, Manly apunta que los controles realizados a esas reservas situadas fuera de sus fronteras son defectuosos y no incluyen auditorías físicas de los lingotes de oro, sino la simple comparación de los listados con las numeraciones de los lingotes.

Desde diversos medios de comunicación suecos se ha pedido al Riksbank que lleve a cabo estas inspecciones físicas, sobre todo a tenor de los problemas que ha tenido el Bundesbank en los últimos años para recuperar la parte de sus reservas que tenía depositada en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

Desde Bullion Star, el propio Ronan Manly preguntó al Riksbank si realizaba estas auditorías físicas y solicitó una lista con los números de serie de los lingotes. El banco le contestó afirmativamente, pero señaló que no podían publicar la información sobre los lingotes, con lo que no existían pruebas fehacientes de que hubieran llevado a cabo esas auditorías que, según afirmaron en 2013, iban a empezar a realizar.

“En cualquier otra industria se habría producido un gran revuelo mediático y habría demandas en los tribunales, si se hubiera afirmado que se habían llevado a cabo auditorías físicas sin ofrecer pruebas fehacientes de ello. Pero en el mundo de los bancos centrales, se permite que siga este secretismo. Los ciudadanos suecos deberían preocuparse por esta falta de transparencia sobre las reservas de oro de su país”, concluye Manly.

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