Por sí mismo, el estado de Nevada (EEUU) cuenta con una producción de oro que lo sitúan entre los mayores productores mundiales de este metal precioso. La minería de oro comenzó en Nevada en la década de 1830 y parece que su futuro está asegurado, tras el reciente descubrimiento de dos nuevos yacimientos, que prolongarían la vida útil de las explotaciones.
Según un reportaje publicado en el periódico local Las Vegas Review-Journal, el primer depósito, conocido como Goldrush, entraría en fase de producción en el año 2021, mientras que el segundo, Fourmile, comenzaría a explotarse en 2025.
Ambos se encuentran a unos 30 kilómetros al oeste de la mina de oro de Elko y se estima que podrían producir alrededor de cinco millones de onzas (155,5 Tm) cada uno, en un periodo aproximado de diez años.
El valor del oro contenido en ambos yacimientos fluctúa en función del precio de mercado del oro y del coste de extracción. A un precio superior a 1.500 dólares la onza, cada uno de los dos yacimientos estaría valorado en unos 7.500 millones de dólares en diez años, con un beneficio potencial de unos 3.000 millones de dólares para las compañías mineras.
Según Greg Walker, director ejecutivo de Nevada Gold Mines (‘joint-venture’ entre Barrick Gold y Newmont Goldcorp para explotar sus minas en este estado), identificar este tipo de yacimientos forma parte del trabajo habitual de las compañías mineras: “tampoco echamos las campanas al vuelo ni brindamos con champán. Estamos ilusionados como industria y como negocio, porque se trata de un yacimiento muy grande. Creemos que es tan grande como otra mina que hemos encontrado en esta zona, así que es muy significativo”.
Nevada es una de las seis mayores zonas de producción de oro del mundo. Aunque las minas ocupan una superficie muy pequeña del estado, las cifras son muy significativas: el oro es el principal producto de exportación de Nevada por valor, con 4.900 millones de dólares en 2018, un 44% del total. Los destinos principales del oro producido en el estado son Suiza y la India.
El estado produce más el 80% del oro que se extrae anualmente en los Estados Unidos. Si Nevada fuera un país, ocuparía el quinto puesto en la lista de mayores productores de oro del mundo, por detrás de China, Australia, Rusia y Canadá.
Durante la última década, la producción de oro ha promediado 5,5 millones de onzas anuales (171 Tm). En 2018, el valor de esa producción fue de más de 7.000 millones de dólares, lo que representó el 84% de la producción minera del estado.
Más de tres cuartas partes de la producción de oro del estado se reparte entre las dos mayores mineras mundiales, la canadiense Barrick Gold y la estadounidense Newmont Goldcorp, aliadas desde el pasado mes de julio en la ‘joint venture’ Nevada Gold Mines.
Pese a estas espectaculares cifras, la minería de oro no despegó realmente en Nevada hasta que se produjo el aumento de precio del metal a lo largo de la década de los 70 del pasado siglo.
La exploración que ha concluido ahora con el hallazgo de estos dos nuevos depósitos comenzó en 2014. Las perforaciones que se realizan para sondear los posibles yacimientos tienen un elevado coste (entre 250.000 y un millón de dólares cada una), por lo que antes de hacerlas los geólogos realizan un estudio magnético para determinar las zonas donde se encuentran los minerales.
En el caso de estos últimos yacimientos de Nevada, se realizaron diez perforaciones infructuosas, pero en la undécima y última se obtuvieron unos resultados espectaculares.