El futuro de la minería para por la modernización de las tecnologías utilizadas en la extracción de los metales preciosos. Eso incluirá el uso generalizado de dispositivos como drones y sistemas automatizados que permitirán a las compañías mineras acceder a los yacimientos situados a mayor profundidad, reduciendo los costes de extracción.
Según señalan desde Oil Price, una encuesta realizada en 2015 entre un total de 190 compañías mineras de todo el mundo, más de dos tercios estaban dispuestas a integrar las operaciones remotas y los centros de monitorización en sus operaciones. La automatización constituía una de las prioridades de los gestores de las mineras, junto con la mejora de la seguridad y de la gestión empresarial.
Los avances tecnológicos como drones, robots, vehículos sin conductor, perforadoras operadas por control remoto y otros dispositivos automáticos, permitirán a las compañías reducir los costes de exploración, que constituyen la línea que separa las explotaciones económicamente rentables de las que no lo son.
Como explican en Oil Price, existe una gran diferencia económica, por ejemplo, entre realizar una exploración aérea de un terreno mediante helicópteros o hacerlo con drones, que ahorran una considerable cantidad de tiempo, energía y dinero.
Según Mehmet Kizil, profesor asociado y director del programa de ingeniería minera de la Universidad de Queensland (Australia), la automatización interesa cada vez a la industria minera porque “salva vidas, tiempo y dinero”. En su opinión, la industria está dando un importante paso adelante al adoptar esta tecnología, porque el principal coste de la minería es la mano de obra.
Las principales compañías mineras de oro mundiales se han apresurado a adoptar los avances tecnológicos. Barrick Gold (la primera minera de oro mundial), comenzó a utilizar drones en 2012 y desde entonces se han hecho habituales en todas sus explotaciones.
Hecla Mining, la compañía minera de oro y plata más antigua de Norteamérica y el principal productor primario de plata en los Estados Unidos, puede presumir de contar con el nivel más bajo de costes totales (AISC) de la industria, con apenas 9,97 dólares la onza en el segundo trimestre de 2017.
Una cifra que ha podido alcanzar gracias a la innovación y automatización de sus procedimientos. Su mina de Greens Creek (Alaska) está completamente automatizada, con máquinas taladradoras controladas remotamente y cortadoras mecánicas que evitan tener que hacer perforaciones y voladuras, y camiones sin conductor.