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Dubai cuestiona el papel de la LBMA como árbitro del mercado mundial del oro

Vista del skyline de Dubai (EAU)

La carta enviada por la London Bullion Market Association (LBMA) en la que amenaza a varios países con bloquear sus ventas de oro si no garantizan debidamente la procedencia del mismo, comienza a provocar reacciones. La más contundente hasta el momento procede de Dubai, desde donde han llegado a cuestionar la legalidad del papel de árbitro del mercado del oro asumido por la propia LBMA.

Hace unas semanas, una información exclusiva de Reuters revelaba que la London Bullion Market Association (LBMA) había enviado una carta a varios países, fechada el 6 de noviembre, en la que amenazaba con bloquear sus ventas de oro en el mercado internacional si no garantizan el cumplimiento de los estándares internacionales en cuanto a la procedencia del metal.

Las reacciones no se han hecho esperar. El primero en hacerlo ha sido Ahmed Bin Sulayem, presidente y director ejecutivo de Dubai Multi Commodities Centre (DMCC), una entidad gubernamental establecida en 2002 para mejorar los flujos de comercio de productos básicos a través del Dubai.

En un artículo publicado en su cuenta de LinkedIn y titulado “Elevando las exigencias”, Bin Sulayem cuestiona abiertamente el papel de la LBMA como regulador del mercado del oro.

En el terreno del oro, Bin Sulayem explica cómo Dubai ha sido capaz de competir en igualdad de condiciones con sus rivales internacionales: “en términos de estandarización, mientras las especificaciones Good Delivery de la LBMA para los lingotes de oro establecen un peso de 12,5 kilos, Dubai Good Delivery ofrece la opción de comprar lingotes de un kilo, lo que implica una mayor accesibilidad al mercado de consumo, de rápido crecimiento, en vez de plegarse a los requerimientos de las instituciones financieras internacionales”.

Por otro lado, el responsable de DMCC explica que “mientras que el confinamiento ha provocado diferentes trastornos en los mercados, la rápida respuesta y el respeto civil por las medidas de confinamiento en los Emiratos Árabes Unidos ha permitido que los negocios siguieran funcionando con normalidad, sin interrumpir los vuelos de transporte ni el funcionamiento de las aduanas y de las refinerías”.

Desde Dubai consideran que su principal ventaja sobre Londres, un centro histórico y financiero de comercio del oro, reside en su privilegiada posición geográfica, su estructura financiera y su logística, que lo convierten en un centro de comercio bien posicionado para recibir los inmensos recursos de las naciones africanas y proporcionar los recursos requeridos por los grandes consumidores como la India.

Para ello están implementando una estructura de transición hacia un negocio a gran escala que no solo se nutra de las explotaciones artesanales de oro: “estamos trabajando con el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos para asegurarnos de que Dubai Good Delivery se convierte en un estándar federal y con la comunidad internacional para alcanzar un nivel más alto de regulación práctica y transparente”, apunta Bin Sulayem.

El responsable de la zona franca de negocios de Dubai no oculta la irritación que ha causado en el emirato la carta dirigida por la LBMA: “como en el Monopoly, el creciente éxito de una persona siempre es a costa de la cuota de mercado de otro participante, lo que lleva a la parte debilitada a emplear una amplia gama de tácticas para retener su cuota mayoritaria y el control del juego, por los medios que sean necesarios. Así que cuando la LBMA, el regulador ‘de facto’ de la industria del oro, envió una carta a los principales centros mundiales de comercio del metal en China, Hong Kong, India, Japón, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Suiza, Turquía, EAU, Reino Unido y Estados Unidos, instándoles a cumplir con sus estándares, y a pesar de que la carta no iba dirigida a ningún centro en particular, no nos sorprendió que varias personas implicadas en su redacción confirmaran a Reuters que la industria del oro de Dubai era el principal objetivo.

Desde DMCC consideran que, si la LBMA cumple su estrategia, sería la primera vez que la autoridad de un mercado pone sobre la mesa la posibilidad de bloquear a la industria del oro de un importante centro financiero, “lo que sería como cambiar las reglas del Monopoly de forma unilateral para mantener al resto de jugadores fuera de la partida”.

Incluso plantean la posibilidad de interponer una demanda ante la Organización Mundial de Comercio o los tribunales británicos por mantener un control sobre la industria similar al de un cártel, amenazando con crear una lista negra de quienes no cumplan sus condiciones, sin tratarse de un organismo elegido de forma democrática.

Bin Sulayem se interesa también por si la LBMA va a aplicar los mismos estándares éticos a alguno de sus miembros, JPMorgan, que ha admitido haber manipulado el mercado de futuros de los metales preciosos y ha tenido que pagar por ello una multa de 920 millones de dólares, o a los conflictos de intereses que afectan a miembros de su consejo, como el grupo MKS PAMP.

“Aunque el Imperio Británico tenía el poder de imponer su posición hace un siglo, evidentemente hoy no lo tiene en un mercado cada vez más transparente. Mientras que el resto del mundo ha aprendido a mejorar sus estándares por medio de la colaboración, cooperación y los sistemas regulatorios independientes, quizá haya llegado la hora de que la LBMA con su delirante liderazgo deje paso a un regulador efectivo, independiente y democráticamente elegido, que funcione con una política de inclusión y no de sometimiento”, concluye el presidente de DMCC.

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