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EEUU quiere acusar a JPMorgan de manipulación organizada del mercado del oro

Logo de JPMorgan roto

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos quiere acusar formalmente a JPMorgan Chase, como institución, no solo a sus traders, de la manipulación continuada de los mercados de metales preciosos durante años. Si se prueba su culpabilidad, el banco sería considerado como una organización criminal, como la mafia.

La investigación que lleva a cabo el Departamento de Justicia de los Estados Unidos sobre la manipulación de los mercados de metales preciosos podría dar lugar a un juicio histórico si, como aseguran desde Bloomberg, los fiscales acusan a la propia entidad, y no solo a los traders individualmente, de la trama de manipulación de los mercados de metales preciosos.

Como explica Clint Siegner desde Money Metals Exchange, si el banco como institución resulta culpable, sería responsable de años de manipulación organizada y generalizada de dichos mercados.

El Departamento de Justicia estadounidense comenzó su investigación sobre la actividad de trading de metales preciosos de JPMorgan hace más de dos años, tras la declaración de culpabilidad por parte de Deutsche Bank.

El banco alemán llegó a un acuerdo con la fiscalía sobre su responsabilidad en la trama de manipulación de los precios y entregó al Deprtamento de Justicia cientos de miles de páginas de documentación, además de chats y grabaciones en las que los traders conspiraban, entre risas y bromas, para engañar a los clientes o a otros participantes en el mercado.

La abundante documentación procedente de Deutsche Bank, junto a otras evidencias, permitió acusar de varios delitos a un total de seis traders de JPMorgan. Algunos de ellos se declararon culpables y llegaron a acuerdos para colaborar con la investigación principal.

La revelación, por parte de Bloomberg, de las intenciones de la Fiscalía, situaría al propio banco, por primera vez, en el banquillo del procedimiento judicial.

Después de que lo hiciera Deutsche Bank, Bank of America también se movió y llegó a acuerdos para evitar la acusación, pagando una importante multa y comprometiéndose a realizar reformas internas. Por ello, se esperaba que el todopoderoso JPMorgan disfrutara también de las mismas posibilidades de eludir el juicio.

Sin embargo, como explica Siegner, el caso de JPMorgan es más complicado, ya que la Fiscalía ha optado por acusar a los traders de la entidad por medio de la llamada RICO Law, la Ley de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas, aprobada en el año 1970.

La diferencia está en que es el propio banco el que puede ser considerado como una organización criminal, no una organización aparentemente honesta que cuenta con algunas manzanas podridas entre sus traders.

Como apunta Clint Siegner, “para quienes estamos familiarizados con los mercados de metales preciosos, resulta evidente que JPMorgan estaba en el centro de un programa de manipulación de los precios del oro y la plata. Estas denuncias fueron consideradas durante mucho tiempo como parte de una teoría de la conspiración. Pero hoy nadie puede negar que durante una década o más se ha producido una manipulación organizada y generalizada de este mercado. Ahora sabemos que, al menos, algunos funcionarios del Departamento de Justicia están de acuerdo y consideran las actividades del banco como el crimen organizado, como la mafia.

Ahora hay que esperar y ver si el banco acaba siendo acusado de estos delitos, ya que hasta ahora solo se ha acusado a los individuos. “Dados el poder y la influencia del banco, no hay ninguna certidumbre de que vaya a triunfar la justicia, incluso aunque las pruebas sean abrumadoras”, opina Siegner.

Tampoco existe ninguna certeza de que las penas sean proporcionadas al delito cometido. A otros delincuentes de Wall Street se les ha prohibido ejercer la actividad de trading y se les han impuesto multas que los han llevado a la quiebra. Pero no existen precedentes de una acusación semejante a un banco del tamaño de JPMorgan que conlleven la prohibición de ejercer el trading o multas lo suficientemente cuantiosas como para afectar a sus resultados.

En cualquier caso, como señalan desde Money Metals Exchange, el camino hacia la acusación de JPMorgan es muy largo y está plagado de obstáculos, “aunque estaría bien que los fiscales no tuvieran el habitual trato de guante blanco con los bancos”.

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