Durante 2018, un tema recurrente en la industria del oro ha sido el debate sobre si se había alcanzado ya la cifra máxima de producción de este metal. Sea cuando sea, lo cierto es que los metales preciosos son cada vez más escasos y su extracción, más costosa. Por eso, ya hay empresas que contemplan la basura electrónica, cada vez más abundante, como una nueva mina de oro. Solo hay que afinar los procedimientos para que sea rentable económicamente.
Entre los numerosos debates planteados en el reciente World Economic Forum, celebrado en la ciudad suiza de Davos, se encuentra el del crecimiento exponencial de la basura electrónica, que constituye, al mismo tiempo, una posible crisis medioambiental y una oportunidad para la industria de metales preciosos.
En el marco del Foro de Davos, el pasado 24 de enero se presentó el informe de la United Nations E-Waste Coalition, un grupo de trabajo del departamento medioambiental de Naciones Unidas, en el que se advierte de que el mundo se encuentra al borde de una crisis medioambiental y de salud, debido al crecimiento de la basura electrónica.
Según este informe, cada año se producen en el mundo alrededor de 50 millones de toneladas de basura electrónica, cantidad equivalente al peso de todos los aviones comerciales que existen en el mundo, o a suficientes torres Eiffel como para cubrir la isla de Manhattan.
Una cantidad que, además, se va a ir incrementando con el paso de los años, hasta alcanzar los 120 millones de toneladas para el año 2050, según las previsiones de Naciones Unidas.
Este incremento de la basura electrónica supone también una gran oportunidad de negocio, ya que ese material descartado está valorado en unos 62.500 millones de dólares, una cantidad superior al PIB de la mayoría de los países y tres veces más que el valor de la producción anual global de plata.
La presencia de metales preciosos (oro, plata, platino y paladio) en la mayoría de los dispositivos descartados, como smartphones o circuitos impresos de ordenadores, convierte a esta basura en una auténtica mina.
De hecho, el informe presentado en el Foro de Davos asegura que la “minería” de basura electrónica puede ser rentable económicamente, ya que la cantidad de oro que hay en una tonelada de teléfonos móviles es hasta 100 veces superior a la que se puede encontrar en una tonelada de mineral aurífero.
La cantidad de oro que se podría recuperar anualmente de los aparatos eléctricos y electrónicos descartados podría equivaler al 7% de la producción anual global de oro.
El problema es que, hoy por hoy, apenas se está obteniendo rendimiento de esta basura: apenas un 20% de esta cantidad se somete a un proceso de reciclaje para recuperar los elementos valiosos. Algunas empresas han visto las posibilidades de este negocio y se han lanzado a él.
Sin embargo, como apunta el informe, “la basura electrónica es un valioso recurso, cada vez más abundante, pero que aúno no se utiliza. Se podría reciclar casi en su totalidad. Las minas urbanas, en las que se extraen los diversos recursos por medio de complejos procedimientos, pueden llegar a ser más rentables económicamente que la extracción de minerales del subsuelo. Los depósitos más ricos de materiales valiosos se encuentran en los vertederos o en las ciudades”.
Durante la presentación del informe, el grupo de trabajo de Naciones Unidas señaló que algunos países africanos ya están aprovechando el potencial económico del reciclaje de productos electrónicos. El Gobierno de Nigeria, por ejemplo, se ha aliado con Global Environmental Facility, con la sección medioambiental de Naciones Unidas y con cuatro empresas tecnológicas (Dell, HP, Microsoft y Philips) para invertir 15 millones de dólares en la creación de una planta de reciclaje de basura electrónica en ese país.