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El Banco Central de Rusia compra alrededor de 200 toneladas de oro anuales

El país más activo en los últimos años en cuanto a adquisición de oro para sus reservas estratégicas es, sin duda, Rusia. Su banco central ha adquirido cerca de 600 toneladas de este metal desde el año 2014. Y todo apunta a que va a continuar en esta línea.

Como señala el experto en metales preciosos Lawrie Williams desde Sharps Pixley, no cabe duda de que Rusia, bajo la presidencia de Vladimir Putin, tiene muy claro los beneficios a largo plazo del oro. Desde 2014 ha venido añadiendo alrededor de 200 toneladas anuales a sus reservas. En concreto, en 2014 adquirieron 173 toneladas; en 2015, 206; y en 2016, 200.

Las cifras acumuladas en lo que llevamos de 2017 hacen pensar que este año no va a ser una excepción: con las 12,44 toneladas adquiridas en el pasado mes de julio, según datos del propio Banco Central de Rusia, la cantidad total de oro acumulada entre enero y julio de este año se eleva ya a 113,3 toneladas.

En la actualidad, Rusia es el tercer mayor productor mundial de oro, por detrás de China y Australia. Mientras que la producción mundial de oro va decayendo, la producción de Rusia no para de crecer, aunque las previsiones de la Unión Rusa de Productores de Oro de elevar la producción desde las 270 toneladas anuales a 400 toneladas para 2030 se antoja demasiado optimista.

Según apunta Williams, mientras que Rusia incrementa de forma mensual sus reservas de oro, según se ve en las estadísticas mensuales del Consejo Mundial del Oro, China, que ocupa el sexto puesto entre los países con más reservas en oro, lleva meses sin reportar ningún incremento. De seguir esta tendencia, a primeros de 2018 Rusia (séptima en la clasificación con 1.715,8 toneladas) superaría a China (1.842,6 toneladas).

Sin embargo, los analistas consideran que China está incrementando sus reservas de oro de forma subrepticia, sin comunicar datos oficiales al Fondo Monetario Internacional para evitar que sus compras influyan al alza en el precio del oro. De hecho, Williams y otros expertos creen que las reservas de oro de China podrían estar en torno a las 4.000 toneladas (por encima de las 3.375 toneladas de Alemania, que ocupa el segundo puesto, tras los Estados Unidos).

La teoría de Williams, por ejemplo, apunta a que China dejó de informar sobre el estado de sus reservas de oro una vez que el renmibi, la divisa china, fue confirmado como parte integrante de los llamados Derechos Especiales de Giro, lo que confería al yuan el estatus de divisa reserva.

Aunque el objetivo de que el yuan displace al dólar como principal divisa reserva parece impensable a corto o medio plazo, sí es cierto que China tiene como objetivo realizar importantes transacciones en yuan que superen a las realizadas en dólares.

Por otro lado, tanto China como Rusia quieren crear una alternativa al SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), un sistema de transmisión de datos entre entidades bancarias de todo el mundo, controlado por los Estados Unidos, para evitar que EEUU y sus aliados pudieran excluirles, en determinado momento, del sistema de transferencias globales de fondos.

De hecho, esto es lo que ya se hizo como parte de las sanciones a Irán, cortando durante cuatro años las transacciones internacionales de los bancos extranjeros con los bancos iraníes. Una sanción que se llegó a pensar en imponer a Rusia tras la invasión de Ucrania, aunque no se llegó a implementar.

En cualquier caso, tanto Rusia como China ya han anunciado que disponen de alternativas en caso de que se les quiera excluir del SWIFT.

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