Los precios del oro se van a contraer un 2% durante 2017, debido al impacto de las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense, que van a conducir a los inversores a otros activos con mayor riesgo, según el Commodity Markets Outlook correspondiente al mes de abril publicado por el Banco Mundial.
Según las estimaciones del Banco Mundial, los precios del oro van a alcanzar una media de 1.225 dólares la onza en 2017, caerán hasta los 1.206 dólares la onza en 2018, subirán a 1.187 dólares en 2019 y registrarán 1.169 dólares en 2020. Para 2030, las previsiones del Banco Mundial sitúan el precio del oro en el entorno de los 1.000 dólares.
Unas previsiones más bien pesimistas que, según reconoce el propio informe del organismo internacional, pueden verse alteradas por el crecimiento de las tensiones geopolíticas, un incremento mayor de lo esperado de la demanda en China, retrasos en la subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales o un descenso de los suministros de oro procedentes de las minas.
Por el lado contrario, entre los factores que contribuirían a tirar del precio del oro hacia abajo se encuentran las perspectivas de crecimiento de la economía, incrementos más rápidos de lo esperado de los tipos de interés en Estados Unidos y un debilitamiento de la demanda de oro físico.
Según el informe, los precios del oro han mostrado su volatilidad durante lo que llevamos de 2017. El precio del metal cayó en diciembre, tras la subida de tipos de la Reserva Federal, pero se las arregló para recuperarse durante el primer trimestre del año, movido por el incremento de las tensiones geopolíticas y económicas. De hecho, mantuvo su nivel a pesar de una nueva subida de tipos de la Fed, en marzo pasado.
El Banco Mundial explica en su Commodity Markets Outlook que “una serie de factores han impulsado a los inversores a interesarse por el oro como un valor refugio, en especial las crecientes tensiones en torno a Afganistán, Siri y Corea del Norte; el deterioro de las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia; y las elecciones en varios países de la Unión Europea, en medio de las tensiones por el crecimiento del sentimiento populista. Además, la incertidumbre sobre la inflación, los déficits y la evolución del dólar también ha contribuido a impulsar los precios del oro”.
El informe señala que la demanda de oro es moderada y destaca, por ejemplo, el escaso interés de los “millennials” chinos por las joyas de oro.
Por otro lado, el suministro de oro procedente de la minería continúa aumentando, gracias a la reducción de costes. Los mayores productores de oro en 2016 fueron China (464 toneladas), Rusia (288), Australia (285), estados Unidos (236) y Canadá (163).
Respecto a otros metales preciosos como la plata o el platino, el Banco Mundial pronostica subidas de un 1% en sus precios, impulsadas por el incremento de la demanda industrial.